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Albino Prada | Profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Vigo

“Por todo el mundo saltan las alarmas ante los monopolios digitales: hay que frenarlos”

“Sería conveniente una división, una partición, como se hizo con los energéticos”, asegura el primer ponente de la Semana Galega de Filosofía

Albino Prada, ayer durante la conferencia inaugural de la 37 Semana Galega de Filosofía. Rafa Vázquez

En un tiempo cercano se distinguía entre nativo digital y analógico, matiz de hace un par de años que ya ni recordamos en nuestra moderna realidad Frankenstein, esta fusión de un mundo virtual (trabajo, ocio, formación, las gestiones con la administración…) cada vez más solapado con nuestra realidad real. Lo recordaba el presidente del Aula Castelao en la apertura de la Semana Galega de Filosofía, que inauguró Albino Prada con la conferencia “Crítica do hipercapitalismo dixital”.

–¿Existe el hipercapitalismo digital?

–(sonríe) Se lo puedo contar, pero es difícil resumir un asunto que me lleva más de una hora. Es un poco imposible pero de entrada le digo que sí, que existe, y que nada que uno mire las empresas que más valor y cotización tienen en la bolsa a nivel mundial, se encuentra con que están ahí, desbancaron a cualquier otro tipo de empresas financieras, industriales, comerciales… Son ellas las del mayor valor bursátil en esta parte del mundo. Y si eso significa algún tipo de hegemonía o dominio sobre el conjunto del resto de las actividades, pues me pregunto qué le voy a contar a una periodista: ¿Quién controla hoy el mercado de la publicidad on line y con cada vez cuotas mayores en todos los medios? ¿Quién canaliza y distribuye? Son ellos, un par de empresas como Google o Facebook, con los que hay que hablar ya no en plan de igualdad sino bastante subordinados.

¿Quién controla hoy el mercado de la publicidad on line y con cada vez cuotas mayores en todos los medios? Son ellos, un par de empresas como Google o Facebook, con los que hay que hablar ya no en plan de igualdad sino bastante subordinados"

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–¿Es una forma nueva del capitalismo?

–Lo que hay es algo muy viejo pero que mutó, aprovechando lo que se llama la revolución digital, la digitalización de la mayor parte de nuestras actividades. Del mismo modo que cuando se inventó la electricidad hubo agentes financieros muy poderosos que le dieron forma a esa tecnología de acuerdo con sus intereses, fundamentalmente privativos y de búsqueda de beneficios, lo mismo está sucediendo con estas tecnologías.

–Que en principio son neutras

–Lo son, se pueden derivar hacia un lado o hacia el otro, pero cuando empiezan a tener un cierto volumen y ciertas expectativas de negocio, inmediatamente entran agentes financieros a controlar el desarrollo y la deriva de esas tecnologías. Hablamos de las GAFAM (acrónimo de Google, Apple, Facebook, Amazon, Microsoft) pero de lo que no hablamos habitualmente, por ejemplo, es de The Vanguard Group, de BlackRock y otros grandes fondos de inversión que están en todas ellas, absolutamente en todas ellas, y que modulan y orientan el desarrollo comercial y empresarial de todas ellas. Incluso grandes empresas como Microsoft o Google no son cosas de Bill Gates o de los CEO de Google, son cosas de los enormes agentes financieros, fondos de inversiones que están posicionados en ellos y que les reclaman, les dirigen, como en cualquier otra empresa en la que actúan, por determinadas sendas de negocio y maneras de actuar. Entonces, si, la historia es vieja, el capital financiero (que nunca como hoy ha tenido tanto poder en el mundo) sigue siendo el que condiciona la deriva de una tecnología. Tecnología que, efectivamente, tiene posibilidades absolutamente distintas de las privativas y de negocio de grandes monopolios pero que, no obstante, su deriva es esa.

"La historia es vieja, el capital financiero (que nunca como hoy ha tenido tanto poder en el mundo) sigue siendo el que condiciona la deriva de una tecnología"

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–¿Hay alternativas a este escenario de control de los fondos de inversión?

–El mejor ejemplo de lo que puede ser una tecnología o una opción digitalizada cuando no la controla este mundo hiperfinanciero es Wikipedia. Es una experiencia colaborativa, procomún, sin publicidad, basada en el trabajo colaborativo y voluntario, non hay ánimo de lucro y no obstante es hoy por hoy la referencia en enciclopedias de consulta y para las páginas web más consultadas del mundo. Es decir, tenemos otro tipo de alternativas, sí, pero hay quien está en todo esto para hacer un gran negocio.

–¿Qué esperan los especialistas sobre la futura deriva del sistema?

–Viene para quedarse, lo extraño sería que se modificase de manera radical. Hay síntomas de que en algunos sitios empiezan a preocuparse mucho por esto de lo que estamos hablando. Por ejemplo, en la última campaña electoral en Estados Unidos en algunos sectores del Partido Demócrata se puso encima de la mesa la necesidad de romper con la deriva monopolística que están teniendo estas GAFAM. Por lo tanto, más allá de las multas y de los juicios que tienen en estos momentos por el control monopolístico de los mercados, sería conveniente un freno, una partición, una división, como se hizo en otras épocas con otros grandes monopolios energéticos, de carburantes etc. En el propio país del que deriva este fenómeno de poder digital y financiero, pero también por todo el muno están saltando todas las alarmas. Eso todavía no tomó cuerpo en las medidas de la nueva administración, centrada en salvar los efectos de la pandemia tras los disparates de Trump, pero lo cierto es que en Estados Unidos hoy no se considera (risas) como se dice aquí “socialcomunista”, que Google o Facebook tienen una posición de dominio a todas luces desmesurada.

–Ha dedicado su última obra a China ¿la nueva superpotencia cambiará algo en este escenario?

–Es un fenómeno que no debemos olvidar. Hoy la primera potencia económica es China, hoy con China nos encontramos en cualquier actividad económica, comercial, etc. Y ha llegado ya a la conclusión de que no puede compartir el mundo de las GAFAM, de la digitalización occidental.

China, forzada a plantear un telón digital después de que Google presuma de poder controlar gobiernos

–¿Por qué China toma la decisión de no compartir la digitalización del mundo occidental?

–Porque hacerlo pone en peligro su seguridad nacional. China está forzada a plantear eso que yo llamo un telón digital por una sencilla razón de supervivencia, porque como declaran sin ningún tipo de escrúpulos los máximos directivos de la empresa Google ellos y cualquiera que esté en estos momentos en su posición pueden poner patas arriba a cualquier gobierno del mundo. Evidentemente eso no lo pueden escuchar en el gobierno de China y quedarse dormidos sin reaccionar, así que hay problemas a nivel global porque este hipercapitalismo afecta a cuestiones de seguridad nacional y también de control de la opinión pública y procesos electorales. Eso pasa tanto en una potencia emergente como China como en otra declinante como EE UU, y también pasa en otros países occidentales.

–¿Reacciona la Unión Europea?

– Efectivamente, la misma Unión Europea (y a pesar de que tiene una pequeña función de gobierno real) habla de que hay que plantearse una red europea de Big Data, de que hay que buscar una soberanía digital etc. Cierto es que no son capaces de desarrollar y concretar bien esas reflexiones, pero están ahí. Hay que saber que las amenazas están ahí y debemos ser conscientes de ello.

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