El paseo sobre el Gafos en Campolongo es un espacio de sobra conocido por los pontevedreses. Pero lo que muchos no conocen es lo que hay debajo. A veces incluso uno se olvida que por ahí pasa un río, sino no fuera por los carteles instalados desde hace años por Vaipolorío para recordar lo que antes era un curso fluvial lleno de molinos, canales y vericuetos. Unos carteles, en los que dan voz al río que pide a gritos que lo destapen.
Este colectivo ambientalista, de vez en cuando, hace una visita a esta galería en la que el río discurre encerrado y privado de luz desde 1970. Recorren estos 525 metros de río encajonado entre cemento y hierro y, por este motivo, no les sorprendió la medida adoptada por el Concello esta pasada semana de vallar gran parte del paseo cubierto ante el riesgo de derrumbe que presenta. Xosé Manuel Feijóo, de Vaipolorío, tiene claro que “después de cincuenta años tapado, el río está luchando por destaparse el solo”, indica.
El tramo cubierto del Gafos es un lugar “de oscuridad absoluta y vida cero”, explica Feijóo. Apenas alguna rata que escapa ante la presencia humana en ambas entradas del túnel y poco más. Aún se sorprende de los reos que se atreven a remontan río arriba en plena oscuridad. Si se mira hacia arriba, a la cubierta, se detecta “que aparentemente las planchas de hormigón que cubren el canal del río presentan una importante degradación”.
Se pueden ver varillas de metal descolgadas a lo largo de todo el recorrido
Desde Vaipolorío se realizan en verano visitas al interior del canal, que en esa época es perfectamente transitable, y también llevan a cabo algunas incursiones no publicitadas para comprobar el estado del curso fluvial. “Observamos lo que parece un problema preocupante de descomposición de las planchas y también de la estructura de hierro que le da consistencia, se pueden ver las varillas de metal sueltas a lo largo del recorrido”.
Ya en el pasado, recuerda se produjo algún episodio de hundimiento con algún vehículo que se atrevió a circular por el paseo peatonal.
Lo que a simple vista detectaban los miembros de Vaipolorío lo confirmó un informe de la Oficina Técnica de Arquitectura del Concello, que constató que muchas de las vigas de cajón de 50 centímetros de grosor que permiten sostener la cubierta del paseo “sufren serias patologías de deterioro” que comprometen la seguridad y amenazan con un posible derrumbe.
El mal estado se detectó hace ya tiempo, de ahí que se encargase un primer informe que no vio riesgo para los peatones, pero en el último, de hace apenas unas semanas, se vio que la corrosión avanzó y se encendieron las luces de alarma. De inmediato se procedió al vallado del paseo a la espera de buscar una solución provisional.
"La naturaleza siempre quiere volver a su lugar, no hay más", dice Xosé Feijóo, de Vaipolorío
Y es que la salida definitiva a este problema será el proyecto que tramita el Concello para destapar el río. Para Vaipolorío, el momento es el idóneo: “Con esta situación de deterioro de la cubierta y vallado es el momento adecuado para acelerar, si cabe, ese proyecto que la concejalía de Medio Ambiente Natural de Iván Puentes tiene ya avanzado: No hay más, la naturaleza quiere recuperar siempre su lugar”. “Hay un proyecto, el Concello está muy por la labor y los técnicos dicen que es viable, nosotros estamos contentos porque creemos que los días del Gafos tapado tienen fecha de caducidad”, indicó Feijóo.
En todo caso, desde Vaipolorío son conscientes de que la intervención va a necesitar de una fuerte financiación que requerirá de la aportación de otras administraciones ya que el objetivo no es simplemente destapar el río y que este vaya por un canal, sino que lo que se pretende en “naturalizarlo”. Son 525 metros de cauce fluvial que “si no se pueden acometer todos en un mismo año se podían hacer por tramos y que se ejecute en tres o cuatro años”; explican. En todo caso, cree que lo importante es que se vaya a realizar una de las “reivindicaciones históricas” de este colectivo.
El proyecto permitiría dar continuidad a todo el paseo entre Alcalde Hevia y la estación de autobuses que también está viendo como se prolonga gracias al proyecto de la Estación Intermodal.
