Ni un solo euro facturado desde hace casi un año, cuando se decretó el estado de alarma por la pandemia del COVID-19, que ha encadenado mes tras mes no solo de falta de ingresos, sino también de pérdidas. Son los sectores más golpeados por el virus a nivel económico, pero de ellos apenas se habla: las agencias de viajes, las atracciones de fiestas, las orquestas de verbena, la cultura en general... y otros que engrosarían una lista tristemente larga. Las ayudas no les llegan y sus reivindicaciones no se escuchan. FARO ha querido darles voz.

En junio del año pasado los agentes de viajes salieron a la calle en Pontevedra por primera vez para denunciar la precaria situación en la que les dejaba la pandemia. Meses después siguen no igual, sino peor: tirando de ahorros y pidiendo créditos.

El 40% de las agencias de viaje del municipio capitalino han tenido que echar el cierre definitivo desde entonces, asegura Xabier Pombo, presidente de la Plataforma de Derechos de Agencias de Viaje, PDAV, que añade que solamente en la comarca pontevedresa se han quedado en la calle alrededor de 50 trabajadores.

"El 40% de las agencias de viaje del municipio capitalino han tenido que echar el cierre definitivo", advierte el sector

“El Gobierno central ha tenido la desfachatez de decir que el 13% del PIB fue destinado al sector turístico y 24.000 millones de euros. Es mentira. Los ERTE no son ayudas al sector, son una trampa para cientos de pequeños empresarios que obligan a tener a los trabajadores contratados aunque no les podamos pagar ni un sueldo ni la seguridad social”, se lamenta.

“Nos están ahogando de tal manera que aquí todo el mundo mira para el otro lado como si no hubiera mañana. Los políticos se pegan para ver quién sale en la foto. No se ponen de acuerdo entre la Xunta y diputaciones para ver quién va a distribuir las ayudas. No nos pueden exigir estar al corriente de pago con nuestras obligaciones tributarias porque en estos momentos hemos llegado al límite de elegir entre pagar o comer”, resume el calvario por el que pasan las agencias de viaje.

A día de hoy todavía arrastran las consecuencias de los viajes que se cancelaron desde aquel fatídico mes de marzo en adelante. “Arrastramos deudas millonarias con las aerolíneas, que no nos ha devuelto todo lo que nos deben. Somos uno de los pocos sectores que hay en este país que está completamente regulado y, sin embargo, parece que somos unos apestados, nadie se acuerda de nosotros. Somos 1.200 familias en Galicia que vivimos de esto. En la provincia había 300 agencias, unas 30 en la ciudad de Pontevedra”, recuerda Pombo.

Uno de los principales problemas, apunta, es que se trata de un sector que a efectos sociales es invisible. “Pero esto es una rueda, todos estamos dentro del mismo bombo”, advierte. “Después de un año no necesitamos que nos escuchen, sino que actúen”.

Con las máquinas paradas

Al luto del sector de las agencias de viaje se une el de aquellas empresas que viven de las fiestas y verbenas, como las de atracciones o las orquestas.

El caso de los feriantes es especialmente sangrante, con familias enteras al borde de la desesperación aguardando unas ayudas que no llegan y teniendo que recurrir a las de tipo social para poder alimentarse. Es el caso de la de María Antonia Díaz Traijovich “Toñi”, de Barro, con 17 miembros, ocho de ellos niños, que tienen atracciones de feria.

“La mayoría de los afectados no reuníamos las condiciones que se exigían desde la Administración y estamos con las manos limpias desde hace casi un año. ¿Qué ser humano aguanta todos estos meses parados?”, pregunta.

Su familia recibió solamente en dos ocasiones la Tarjeta Monedero de la Xunta, dotada con 300 euros. “Somos 17 personas para comer, merendar y desayunar y todos vivimos de la feria. Nacimos en ella”, dice.

“Nos han prohibido trabajar, ha sido una discriminación total. Nosotros tenemos nuestras medidas de seguridad y limpieza", se lamentan las empresas de atracciones de feria

Le preocupa que tienen las atracciones paradas. “Ahora, al no moverse no nos arrancan ni los camiones ni las furgonetas, las baterías no van. Ya los tengo sin seguro y sin revisión. Porque o comemos o pagamos. Cuando hay niños no puedes dejar de comer”, afirma.

“Me apunté para trabajar en una conservera, pero tengo 53 años y no me llaman. No me dan la opción de poder demostrar lo que valgo”, se lamenta.

Ve su futuro más inmediato cada vez más negro. No sabe de dónde sacarán las fuerzas para llegar al verano, y aún así esta estación tampoco es una garantía, ya que todavía no se sabe qué ocurrirá ni si se celebrarán fiestas.

“Nos han prohibido trabajar, ha sido una discriminación total. Nosotros tenemos nuestras medidas de seguridad y limpieza. Solo pedimos que nos den la opción de trabajar. No queremos ayudas, queremos trabajar y demostrar que tenemos todas las medidas de higiene y que las atracciones son al aire libre. Después de cada viaje desinfectaríamos y si no se suben diez, se suben tres, pero que nos den la opción de demostrar que podemos hacerlo bien”, pide la vecina de Barro.

La música se apaga

Y como no hay fiesta sin verbena, las orquestas son otras de las grandes afectadas por esta pandemia.

Manolo Fariña es el presidente de la Asociación Galega de Orquestras: “Es un año de cero ingresos y sin ningún tipo de actividad. Poco más podemos añadir, salvo los daños psicológicos que conlleva todo esto. Los músicos necesitan cantar y tocar y la gente también lo quiere”.

“En 2020 fueron los concellos los que dijeron no, tanto a las verbenas como a los conciertos controlados. Tienen miedo a un rebrote en sus municipios. Nosotros tenemos más que asumido que no podamos trabajar en lo nuestro, porque lo nuestro se llama fiesta y sabemos que no puede ser. Pero lo que no asumimos es la poca empatía que hay para con nosotros en las administraciones”, considera el músico. “Es curioso el contraste entre la simpatía que nos profesa el público fiel con el trato de los gobiernos”, añade.

También en este sector el tema de las ayudas es espinoso. “Se han publicado en el DOG unas subvenciones para las orquestas, pero que están vinculadas al trabajo. Es decir, solo en caso de que se pueda trabajar. No tienen cabida ahora mismo. Por eso no vemos un duro”, informa.

“Lo que necesitamos es crédito y liquidez. Esperemos que la Xunta no esté dispuesta a que este sector en Galicia, el de la Champions League del mundo, desaparezca”, dicen las orquestas

Los empresarios del sector viven a base de sus ahorros y de créditos, “pero necesitamos de esa actividad para poder pagar”. “La Xunta ha sacado unas líneas Igape, pero no se pueden dedicar a créditos, por lo que ahí tenemos un problema”, subraya.

A nivel gallego hay más de un centenar de orquestas profesionales, pero cuando se habla de agrupaciones musicales la cifra se eleva hasta unas 300. “Claro que ha habido desapariciones y empieza a venderse el material, aunque tampoco es buen momento para ello porque lo tendrías que hacer a un precio más bajo de su coste”, advierte Fariña.

“Lo que necesitamos es crédito y liquidez. Esperemos que la Xunta no esté dispuesta a que este sector en Galicia, el de la Champions League del mundo, desaparezca”, desea.

Por todo ello, piden al gobierno autonómico que el Xacobeo 2021 se dedique a las orquestas, “al orgullo de Galicia”. “Es una buena solución para todos y sería lo lógico siendo algo tan nuestro”, concluye Manolo Fariña.