La cepa británica del COVID ha ido ganando terreno poco a poco en el área sanitaria de Pontevedra y O Salnés, donde ya representa algo más de la mitad de los contagios nuevos en las últimas semanas.
“El mes pasado uno de cada cuatro casos nuevos eran de la cepa británica, pero ahora esa proporción ya ha aumentado superando la mitad”, explica el jefe de Alertas Epidemiolóxicas de Sanidade en la provincia de Pontevedra, Miguel Álvarez Deza.
La tendencia es similar en el conjunto de Galicia, recuerda, y añade que, por ejemplo, en Vigo esta cepa “ya supone un 63% de los casos”.
El principal problema que representa esta variante del COVID-19 no es que sea más peligrosa a nivel físico para el enfermo, sino que es más contagiosa. “Esto es lo que provoca que haya muchos más casos y, por tanto, que la presión en la hospitalización se mantenga alta”, advierte el epidemiólogo.
“El mes pasado uno de cada cuatro casos nuevos eran de la cepa británica, pero ahora esa proporción ya supera la mitad”, explica Miguel Álvarez Deza.
Reconoce que la tercera ola ya “está bajando” en el área sanitaria de Pontevedra. De hecho, ayer mismo se registraron 40 casos nuevos y los dos anteriores no llegaron al medio centenar.
Actualmente hay 1.447 casos activos en Pontevedra y O Salnés, de los cuales un 94% evolucionan en sus propios domicilios sin necesidad de hospitalización. Además, hay 77 pacientes ingresados en planta y otros 15 en unidades de críticos.
Otro de los problemas que supone la cepa británica es que desde Sanidade están detectando que los primeros síntomas, si llega a haberlo y no son asintomáticos, se manifiestan en la mayoría de los casos a los 10 o 12 días. “Este es también uno de los motivos por los que la presión hospitalaria en el área sigue siendo tan alta pese a que bajan los casos activos, porque se prolongan las estancias de los que están ingresados”, manifiesta Miguel Álvarez.
“Este es también uno de los motivos por los que la presión hospitalaria en el área sigue siendo tan alta: se prolongan las estancias de los que están ingresados”, manifiesta.
En este sentido, reconoce que los actuales períodos de cuarentena “se quedan cortos” y que sería positivo replantearse ampliarlos.
“Los contactos positivizan a los 10 o 12 días, pero mientras no lo hacen están contagiando y no lo saben”, advierte.
De la cepa del COVID-19 original, la de Whuhan, que inició la pandemia a finales del 2019, ya no se detectan casos. “Ha habido miles de mutaciones y prácticamente ya no circula. Ahora la más común es la británica y la más agresiva es la Sudafricana. También está la brasileña y se ha detectado una nueva procedente de Estados Unidos”, resume Miguel Álvarez Deza.
“Con las restricciones actuales en los vuelos y los viajes no debería llegar todavía aquí”, apunta.
Mantener la prudencia
El epidemiólogo reitera, una vez más, su mensaje de prudencia a la población. “En eso no nos cansaremos nunca de repetir que es necesario seguir cumpliendo con las medidas de prevención incluso cuando ya estemos vacunados”, recalca.
El área sanitaria avanza en este proceso con los profesionales sanitarios y ha comenzado a citar ya a los mayores de 80 años que viven en sus domicilios para comenzar a vacunarlos a partir del próximo lunes, 22 de febrero.
Respecto a los centros sociosanitarios, han recibido ya las dos dosis de la vacuna 1.077 residentes del área de Pontevedra y O Salnés, así como 802 trabajadores de los mismos.
A nivel de profesionales sanitarios, tanto de Atención Primaria como hospitalaria, 3.673 trabajadores recibieron por lo menos una dosis, de los cuales 2.524 ya tienen la doble pauta.
La vacunación por el COVID-19 se gestiona directamente desde las diferentes gerencias de las áreas sanitarias gallegas, mientras que el resto de procesos, como la vacunación de la gripe, los calendarios de vacunación infantil o adulta se organizan desde el Servicio de Alertas Epidemiológicas de la Consellería de Sanidade.
