Como es tradición el loro Ravachol llegó ayer a la ciudad del Lérez y lo primero que hizo fue confinarse para poder pasar el Entroido sin contagiarse del temido virus del COVID. Porque el loro, pasa porque lo incineren, pero no está dispuesto a morir a causa de esta maldita pandemia.

El Concello de Pontevedra suspendió toda la programación de carnaval 2021, también las exposiciones sobre la historia del Entroido pontevedrés, que se estaban organizando como actividades alternativas a la fiesta.

Varias exposiciones con fotografías sobre el carnaval se pueden contemplar "online"

Las exposiciones con fotografías sobre la historia del carnaval pontevedrés y sobre Ravachol se podrán contemplar online, a través de una web que crea el Concello. También a través de Internet se podrá ver a Ravachol “en su casa, pasando el entroido como lo pasaremos todos”, lamentó la concejala de Festas, Carme da Silva. “Este ano o entroido queda na casa”, concluyó la concejala de Festas de Pontevedra, con la esperanza de que en 2022 se pueda volver a disfrutar del “mejor carnaval urbano de Galicia”.

Este año, de manera excepcional por la pandemia, el popular loro se salvará de la quema

Con este panorama y debido a las restricciones sanitarias, los pontevedreses están “celebrando” estos días un entroido sin fiestas en la calle pero con la presencia de Ravachol, que excepcionalmente ese año no tendrá entierro ni se quemará como colofón al programa.

Los pontevedreses sí echan de menos animación musical por la calle, como ocurrió en la época de Navidad cuando las charangas recorrían a diario las distintas zonas de la ciudad. Esta vez, ni música, ni nada parecido hace pensar que estamos en el Entroido, salvo por unos cuantos niños y padres que aparecen disfrazados por A Ferrería o por las actividades del Carnaval que se celebraron días pasado en los colegios.

Por eso, y con Ravachol confinado solo queda sobrellevar este tiempo, antes de alegría y hoy de temor, de la mejor manera posible a la espera de que la vacuna haga salir al emblemático loro el próximo año a la calle y se recobre la fiesta y el jolgorio.