El médico acusado de intentar cobrar por expedir certificados de defunción negó esta mañana en la Audiencia de Pontevedra haber tenido nada que ver con estos casos. Muy al contrario, el abogado de la defensa atribuyó el proceso al intento de los empleados de las funerarias de encubrir sus propias prácticas irregulares, en este caso solicitar pagos a mayores a las familias de los fallecidos, culpando a los sanitarios del sobrecoste.

El jurado popular escuchó este martes el primer relato del fiscal y de la defensa, así como el testimonio del acusado, un profesional con más de 30 años de experiencia, adscrito a un centro de salud de la Boa Vila, y que negó en distintas ocasiones haber pedido cantidad alguna por firmar certificados de defunción.

A propósito de cada uno de los casos (se lo acusa de solicitar pagos irregulares hasta en 4 ocasiones) fue detallando cómo es el proceso cuando se produce un fallecimiento en casa. En un primer momento es el médico de Urgencias el que confirma la muerte (exitus), que incluye en el registro de históricas clínicas del Sergas IANUS. A partir de ahí el médico de cabecera, que conoce el historial de cada paciente, emite el certificado de defunción y la funeraria dispone de 24 horas para solicitarla.

Solo en casos excepcionales el facultativo de Urgencias puede emitir el certificado de defunción (por ejemplo como sucedía en uno de los casos ahora juzgados porque la fallecida era de Chantada) pero siempre “si conozco la historia del paciente, si los familiares no lo conocen no puedo ni debo”, recordó el profesional. Éste insistió en varios momentos en que no pidió “ninguna cantidad” a los empleados de las funerarias por hacerse con el documento oficial que certifica la muerte. También negó haber tenido enfrentamientos en el centro de salud con los operarios de las empresas fúnebres.

En uno de los casos por los que fue preguntado el médico hizo constar en su informe que por el certificado que le solicitó la funeraria (sic) “no se cobra”. El sanitario explicó que realizó esta anotación innecesaria (ya que la emisión del certificado es gratuita y constituye un derecho de todo usuario de la sanidad pública) porque en esos momentos “había el run run de que solicitábamos dinero” por la formalización del trámite.

Negó cualquier tipo de intencionalidad y explicó que “ese fin de semana unas compañeras” también habían realizado esa misma puntualización en sus respectivos informes.

Anotó en el informe que por el certificado "no se cobra" para desmentir, aseguró "un run run" que había en el centro de salud

De hecho la defensa insistió en que el relato del fiscal de que el médico exigía dinero para emitir certificados de defunción "lo dicen solo los agentes funerarios, uno en cada caso" y no existe en su opinión "ningún otro dato objetivo que pueda probar la veracidad". Recordó que el cometido del imputado "no es dar certificaciones de defunción, sino confimaciones de exitus" y que "no consta que el médico haya pedido nada", pero sí que los funerarios pidieron dinero a los familiares. "Si la familia paga no pasa nada, pero si no lo hace se tienen que cubrir las espaldas", añadió, una versión que argumenta con que en los distintos casos se exigen diferentes cantidades, como 30 o 100 euros.

El fiscal pide 3,5 años de cárcel y 7,5 de inhabilitación para ejercer la medicina

El jurado popular continuará evaluando mañana las circunstancias de estos hechos con las declaraciones de los trabajadores de las funerarias, entre otros testigos que pasarán por la Audiencia Provincial en este proceso en el que el médico se enfrenta a una pena de tres años y seis meses de prisión por un delito continuado de cohecho. El fiscal también pide que se lo inhabilite para el empleo de médico, cargo público relacionado con este ejercicio o con la condición de facultativo por un periodo de siete años y medio.