La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra acogió ayer el inicio del juicio contra el agente de la Policía Local de Vilagarcía de Arousa, M. A. A., acusado de un delito de cohecho por el supuesto cobro de 2.000 euros a cambio de no tramitar una multa. Se trata de unos hechos que se remontan a septiembre del 2013 y por los que el Ministerio Fiscal pide para el único acusado una pena de cárcel de cuatro años y medio, otros nueve de inhabilitación para cargo o empleo público y también el pago de una multa de 8.100 euros.

El lunes, después de dos aplazamientos y una vez constituido el jurado popular que determinará si los hechos de los que se le acusa son o no probados, arrancó la vista oral con el interrogatorio del agente, que negó ser culpable. En esta primera sesión también estaban llamados a declarar dos de los principales testigos: el hombre a quien, según mantiene la Fiscalía, el policía de Vilagarcía ofreció no tramitar su atestado policial a cambio de 5.000 euros y la madre del propio conductor sancionado.

La declaración de ambos resultaba fundamental para mantener la acusación pública sobre el agente, ya que es la prueba principal sobre la que se sostiene el caso. Sin embargo, sus testimonios no arrojaron luz sobre los hechos al apelar ambos a la falta de memoria tras ocho años de lo sucedido. A preguntas de la Fiscalía y del abogado defensor, ambos repitieron “no lo recuerdo” y “no lo sé” como única respuesta.

El Ministerio Fiscal, como se recoge en el escrito de acusación pública y como así explicó la representante a los seis hombres y tres mujeres que juzgarán a M. A. A., sostiene que en la madrugada del 12 de septiembre del 2013 este agente de la Policía Local realizó una prueba de alcoholemia a un conductor que presentaba síntomas de embriaguez. Ocurrió en la calle Colón de Vilagarcía, a donde el policía y un compañero acudieron tras la llamada de la Policía Nacional que les requirió para proceder a hacer dicha prueba. Ambos agentes de la Policía Local corroboraron que el conductor, ahora principal testigo, había cometido un delito contra la seguridad vial al dar positivo en el test (0,83 mg/l en una primera medición y 0,81 mg/l en una segunda) y así se hizo constar en un atestado policial que, sin embargo, nunca llegó al juzgado.

En la sesión de ayer en la Audiencia Provincial, el agente acusado de esconder este atestado policial reconoció su implicación en la prueba de alcoholemia pero negó haber redactado el documento, tan solo firmarlo, y rechazó haberse personado en casa del conductor para ofrecerle no tramitarlo a cambio de 5.000 euros. M. A. A. negó también conocer previamente al conductor sancionado, tan solo afirmó haberse personado en su domicilio para entregarle una notificación un mes antes de los hechos y, después, haber hablado con él por teléfono en tres ocasiones: una en respuesta a la llamada del conductor y otras dos realizadas por él mismo al sancionado para averiguar cómo había conseguido su teléfono personal.

Durante todo el interrogatorio, el acusado se mostró muy crítico con las preguntas de la Fiscalía y de la investigación judicial y negó “rotundamente” haberse personado en casa del testigo para ofrecerle un trato ni haberse encontrado con él para obtener el dinero.

Según la Fiscalía, este encuentro se habría producido diez días después de la prueba de alcoholemia en el domicilio del conductor sancionando, acordando ambos la cantidad de 5.000 euros para hacer desaparecer el atestado policial. Finalmente, el soborno se habría quedado en 2.000 euros al no disponer el testigo de más dinero a su alcance y, tras abonar la cantidad al agente, habría denunciado los hechos.

A pesar de que la Fiscalía mostró al testigo la denuncia interpuesta contra el agente acusado de cohecho, el conductor sancionado alegó no recordar “nada” de todo aquello: ni la prueba de alcoholemia, ni conocer o haber hablado con el acusado y tampoco haber acudido a la Comisaría de Vilagarcía a interponer la denuncia. A preguntas de la Fiscalía, el testigo negó sufrir amnesia ni tampoco estar bajo coacción o amenaza y justificó su falta de memoria en estar sumido en un estado depresivo y de ansiedad, algo que corroboró su madre, también llamada a declarar.

Esta otra testigo también se acogió ayer a la falta de memoria tras tantos años a la hora de responder a las preguntas de la Fiscalía y de la defensa. A pesar de que durante la fase de instrucción del caso la madre del sancionado prestó declaración, ayer aseguró no conocer nada de esta causa hasta su citación. También negó que el agente de la Policía Local se personase en su casa un mes antes de lo ocurrido para entregarle una citación a su hijo, algo que sí contó el propio acusado pero que ella alegó no recordar.

Tras esta primera sesión del juicio contra el agente acusado de cohecho, hoy y mañana está previsto que continúe el proceso en la Audiencia Provincial con la declaración de otros agentes que participaron en el caso, como los del cuerpo de la Policía Nacional que investigaban la falta de seguridad en la custodia de los atestados policiales en la Comisaría de Vilgarcía durante los años en los que se produjeron los hechos.