Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Beatriz Iglesias | Directora de la residencia “Caser Pontevedra”, en Vilaboa

“Las personas que no quieren vacunarse tal vez deberían ver más de cerca los daños del COVID”

“Tenemos mucha esperanza depositada en la vacuna, pero seguiremos siendo cautelosos”, afirma

Beatriz Iglesias. | // C.R.

La segunda ola de la pandemia fue mucho más complicada que la primera para la residencia “Caser Pontevedra”, en Vilaboa. Registró siete muertos entre diciembre y enero, aunque actualmente, en plena tercera ola, el centro se encuentra libre de COVID. Su directora reconoce que fueron momentos duros y que toda pérdida “es dolorosa”.

– La residencia sorteó mucho mejor la primera que la segunda ola. ¿Qué fue lo que complicó las cosas?

–Como todos sabemos, este virus es impredecible. En la segunda ola el contagio se produjo en una zona donde por el perfil de los residentes, existe un mayor contacto estrecho. En el momento en que se tiene la sospecha de síntomas compatibles con el virus, se pone en conocimiento de las administraciones y se realizan los primeros test en los que se detectan 10 casos, por la casuística comentada, en días posteriores esta cifra se ve aumentada. Las pérdidas son dolorosas y desde aquí quisiera reiterar nuestro pesar y apoyo a los familiares de las personas que nos han dejado.

– ¿Qué medidas se aplicaron para frenar los contagios?

–El contar con un centro grande como este, con unas amplias instalaciones, nos permitió sectorizar en distintas unidades todo el centro, con personal específico para cada unidad de atención directa y de servicios generales, evitando cruces y minimizando riesgos. Cualquier mínima sospecha por parte del personal, se comunicaba para poder tomar las medidas oportunas. Se utilizó material desechable en todo el centro y se realizaron test de antígenos diarios a personal y residentes. Nos hemos visto muy apoyados por la compañía, que en todo momento ha puesto a nuestra disposición todos los recursos materiales y humanos. También debo destacar el trabajo coordinado con la Dirección Asistencial del Sergas. Y permitidme que presuma del equipo del centro: su profesionalidad y dedicación han sido muy destacables. En la primera ola nos confinamos, prevalecieron sus valores profesionales sobre los personales, era un momento de incertidumbre y su involucración ha sido clave para sortear esa situación.

– Los usuarios se sentirían muy vulnerables, ¿cómo gestionaron la situación a nivel anímico con ellos?

–Se reforzó el departamento de Psicología, pasamos a tener tres psicólogos trabajando en el centro para evitar o minimizar el daño psicológico que estaba provocando el confinamiento. Todos los profesionales siguieron haciendo actividades a nivel individual, y si la situación mejoraba se realizaban en pequeños grupos, según los protocolos de la Xunta, lo que nos permitía poder realizar actividades de estimulación y rehabilitación, mejorando su estado de ánimo.

– ¿Está toda la residencia más tranquila con la vacunación?

–Sí, tenemos mucha esperanza depositada en ella, aunque seguiremos siendo muy cautelosos y prudentes, las residencias pasarán a ser entornos seguros para los mayores, lo que nos trae tranquilidad a todos. Se irán implantando paso a paso protocolos que determine la Administración para garantizar su seguridad. Se han vacunado el 93 % de nuestros residentes, hay que tener en cuenta que algunos estaban hospitalizados y existe a alguna contraindicación médica.

– ¿Cómo convencería a aquellas personas, en la sociedad en general, que no quieren vacunarse?

– Es complejo, todos tenemos información, si no te has sensibilizado con lo que está pasando y te pueden más tus miedos, es difícil convencer. Si hubiesen visto de cerca el virus, porque te ha tocado a ti o a alguien cercano, estoy segura que no habría que hablar nada. Esas personas que no quieren, tal vez, deberían ver más de cerca los daños del virus.

Compartir el artículo

stats