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DESDE MI ATALAYA

Patrimonio artístico marinense (IV)

Iglesia de Santa María do Campo de Marín. Turismo de Galicia

Al borde del camino que de La Porteliña conduce a Castro se encuentra un hermoso crucero, que fue objeto de un bárbaro atentado, allá por el año 1931, dando con el en el suelo y causándole serios desperfectos, hasta el punto de quedar destrozada la cruz.

El crucero está sobre una basamenta formada por dos peldaños de piedra en forma de escalera, sobre la que se levanta una columna de sección poligonal, en cuyo fuste se advierte la figura del devoto a quien se debe su erección, que se halla muy desfigurada. Posteriormente ha sido restaurada colocándole una nueva cruz lisa y sin figura alguna. En las cuatro caras del bloque que forma su base o pedestal, figuran las armas de la casa de Mendoza, y en una de las caras figura la fecha de 1765.

Tomando la carretera a la izquierda, llegamos a El Campo, donde encontramos la Iglesia de Santa María del Campo, una iglesia románica del siglo XIII. Su fachada primitiva ha sido muy desfigurada como consecuencia de las obras de reparación, que en otras épocas se realizaron. Hay indicios que, en su primitiva construcción, tuvo pórtico. Bajo los aleros laterales corre una cornisa románica, con sus artísticas ménsulas de variada traza. Su ábside también ha desaparecido con las reformas realizadas.

Sobre su fachada, como remate de la misma, se deja ver una airosa espadaña. En la parte del ábside, rematando la cubierta, se ve un Agnus Dei, procedente de la primitiva construcción. Cruz antefixa o cumial de Sta. María del Campo.

En su interior se pueden ver ventanales con arcos de medio punto y con cordón siguiendo a lo largo de la pared de la nave. La Capilla Mayor ser abre tras un arco de medio punto con sencilla moldura, que parece deformado a causa del desplome o corrimiento de sus piezas durante largos años de abandono. Se apunta por algunos la posibilidad de que se trate de un arco de ojiva. Este arco se halla sostenido por dos columnas de distinto estilo, pues mientras la de la derecha arranca de un sencillo basamento, la de la izquierda tiene como base un equino. Los capiteles que las terminan son ambos románicos, pero de distinto relieve floral. Las pinturas murales son del siglo XVI.

Volviendo sobre nuestros pasos, al cruce con el viejo camino de Cangas, nos encontramos, en el margen derecho, con el Crucero de Seijo, adosado al muro de una casa. De esbelta figura con fuste de sección poligonal y terminado con un anillo o collarino y un sencillo capitel de volutas sobre el que se levanta una cruz liosa y biselada.

Y un poco más abajo, se encuentra un poco hundido dentro de una finca, un hermoso crucero del siglo XVIII que tiene la característica de que el fuste de su columna presenta la originalidad de semejar un tallo de rosal con sus espinas y termina en junas molduras con un capitel de volutas y la cabeza de un ángel, en cada cara.

La cruz tiene también la figura del Crucificado, por un lado, y la imagen de la Virgen, por el otro. En el bloque que sirve de base, están igualmente esculpidas las armas de la Casa de los Gago de Mendoza.

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