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Las restricciones en terrazas, la “puntilla” que cerrará la hostelería

Hoempo lamenta que la situación “ya era insostenible”, pero que con el nivel máximo en Pontevedra solo les queda echar la verja

Terrazas en la Plaza de Méndez Núñez. | // RAFA VÁZQUEZ

Con desesperación e impotencia los hosteleros acatarán las nuevas restricciones que la Xunta ha decidido aplicar en el sector hostelero a partir de esta medianoche en Pontevedra.

La pésima situación por la que pasa el municipio, en el que cada día aumentan los casos de COVID, y la presión hospitalaria preocupan a las autoridades sanitarias, que consideran que la Boa Vila debe entrar en el nivel máximo de limitaciones. Esto implica, entre otras cuestiones, que la hostelería solo podrá atender en exterior y al 50% de su aforo habitual en terraza. En el interior queda prohibido el servicio.

Teniendo en cuenta que muchos de los bares, cafeterías y restaurantes del concello capitalino no cuentan con terraza o la que tienen no es lo suficientemente grande como para mantener la actividad, desde la asociación de hosteleros Hoempo advierten de que esta será la estocada final que les abocará a un cierre seguro.

“La situación que teníamos hasta hoy ya era insostenible, porque en interior el aforo máximo era solo del 30%. En esas condiciones muchos locales ya no podían abrir porque no les compensaba”, se lamenta Víctor Pampín, presidente de Hoempo.

Sin embargo, subraya el esfuerzo que los hosteleros estaban haciendo incluso con las actuales restricciones y el cierre a las 18 horas. “Algunos abrían a duras penas, pero lo hacían. Ahora esto ya es la puntilla que nos va a abocar al cierre”, advierte el pontevedrés.

Las adversas condiciones meteorológicas, además, no ayudarán al sector, dependiente desde mañana jueves por completo del buen tiempo y las terrazas.

“Viene tiempo malo durante una semana, así que está claro qué es lo que va a pasar”, vaticina Pampín.

En cualquier caso, el sector no se quedará parado. Si hasta ahora las movilizaciones caracterizaron sus demandas, desde Hoempo confirman que no se quedarán quietos.

“No nos queda otra que intentar movilizarnos para que no se olviden de nosotros y del momento grave que estamos pasando. Tenemos que hacernos escuchar”, anuncia Víctor Pampín.

Peregrinación a Madrid

El nombre de Hoempo se dio a conocer en toda España después de que siete de sus asociados caminaran hasta Madrid, acompañados por otros cuatro en vehículos de apoyo, para reclamar al gobierno central el rescate económico del sector, uno de los más afectados en esta pandemia. Fue antes de las fiestas navideñas y en la capital española fueron recibidos por representantes de todos los grupos políticos.

Pese a las buenas palabras, a día de hoy siguen sin una solución que mejore su situación, de ahí su insistencia en seguir haciéndose oír y salvar tanto sus negocios como sus propias vidas personales, ya que, tal y como recuerdan, “de la hostelería viven muchas familias”.

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