Si bien no es comparable con el temporal de nieve y el episodio de frío intenso que se está viviendo en otras zonas del Estado, lo cierto es que Pontevedra también está estos días en el congelador. Son ya seis las jornadas en las que la ciudad del Lérez amanece con temperaturas mínimas bajo cero y ayer lo hizo, además, con una intensa helada que cubría de blanco muchos campos, viales y turismos.
La temperatura mínima, ayer, según los datos provisionales de MeteoGalicia, fue de -1,2 grados. Con todo, aunque la helada parecía ayer más intensa, no fue la jornada en la que hizo más fría de este recién nacido 2021. De los tres días en los que el termómetro bajó de los cero grados este mes (los días 5, 6 y 7 de enero y los últimos 11, 12 y 13), el peor fue el 7 de enero con una mínima de 2,3 grados bajo cero en la estación de Campolongo.
Esta mínima convierte a este 7 de enero en una de las jornadas más fría de los últimos años y la segunda con menos temperatura del último lustro. Para encontrar una jornada más gélida hay que retroceder hasta el año 2017, cuando el 19 de enero se alcanzaron los 2,7 grados bajo cero en esta misma estación meteorológica de Campolongo, según los datos de MeteoGalicia.
También es inusual tantas jornadas con temperaturas bajo cero, pero ese enero de 2017 fue igualmente un mes frío: Entre ese día 19 de enero y el 25 se sufrieron siete jornadas seguidas con temperaturas por debajo de los cero grados. En los últimos cinco años también en 2019 se registraron cuatro jornadas con temperaturas bajo cero, de menos un grado en el peor de los casos.
Con todo, y aunque hace mucho frío, Pontevedra está lejos estos días de los registros históricos de temperaturas bajo cero en la Boa Vila. El récord de temperatura más baja en la ciudad en un mes de enero, desde que hay registros, se estableció el 14 de enero de 1987. Quizá la fecha no diga nada a muchos, pero enseguida será recordada si se especifica que fue aquella jornada en la que toda la ciudad apareció cubierta de un manto de nieve como hacía décadas que no se veía. Hoy se cumplen, por lo tanto, 34 años de aquella gran nevada que está en el recuerdo de muchos pontevedreses. Según apuntan las crónicas de entonces, hacía 17 años que la nieve no hacía acto de presencia en la ciudad. Ahora han pasado ya más de tres décadas y sigue sin aparecer pese a las bajas temperaturas. ¿Y cuál fue la mínima que se registró aquel día? Pues, según MeteoGalicia, -4,2 grados.
Estos cuatro grados bajo cero de enero de 1987 no constituyen el récord absoluto de temperatura mínima en Pontevedra y ya se rebajaron en otras ocasiones más recientes en Pontevedra, aunque sin que hiciera acto de presencia la nieve. Así, febrero es el mes en el que se marcaron las temperaturas más bajas desde que hay registros: La segunda más baja fueron los 5,7 grados bajo cero de mínima del 23 de febrero de 1994 y el récord absoluto es más reciente, del 12 de febrero de 2012, cuando los termómetros cayeron hasta los 5,7 grados bajo cero, siendo estos datos de la estación meteorológica de Lourizán.
El mercurio llegó a cinco bajo cero en Cotobade
El frío está siendo especialmente intenso en el interior de la comarca en donde los termómetros bajan estos días hasta los cinco grados bajo cero. Esta es, al menos, la temperatura mínima récord que tuvo lugar el pasado 8 de enero en la estación de Rebordelo, en Cerdedo-Cotobade. Los medidores de esta estación registraron mínimas por debajo de los cero grados todos los días en lo que va de año salvo dos, el 9 y el 10 de enero. En los últimos dos días la temperatura más baja se desploma hasta los menos 4,2 grados. Pese al intenso frío, no trascendieron complicaciones en las vías de circulación de la comarca en donde sí que se está aplicando abundante sal para evitar que las placas de hielo en los lugares más sombríos puedan causar algún accidente. La Policía Local de Pontevedra explica que también se esparció sal en algunos viales de Pontevedra, también en espacios peatonales, para evitar resbalones. Los propietarios de coches que pasan la madrugada a la intemperie se tienen que afanar a primera hora para quitar la gruesa capa de hielo de cubre los vehículos.