El gobierno local quiere ejecutar en los próximos meses la remodelación de la Praza Pública de Vilalonga. Como paso previo, ya ha contratado el derribo del kiosco, ubicado en el espacio, que se realizará en las próximas semanas y que tendrá un coste de casi 11.000 euros. Los trabajos se iniciarán una vez que la empresa encargada de la demolición disponga de los permisos de gestión y retirada de amianto de la uralita que conforma la cubierta.

La salida del viejo kiosco de la plaza servirá como preámbulo a la redacción del proyecto definitivo cuya filosofía responderá a la mejora del aprovechamiento y ordenación de los 4.388 metros cuadrados de superficie, así como la recuperación del espacio de convivencia y disfrute vecinal originario de la plaza.

La idea del gobierno es triplicar la zona de juego infantil que se encuentra en estos momentos en una de las esquinas de la plaza y reservar una superficie de aproximadamente 3.000 metros cuadrados como espacio multifuncional y polivalente. Además, quiere reforzar el arbolado de la alameda con más especies que permitirán dotar la plaza de más y mejores zonas de sombra. El alcalde, Telmo Martín, visitará la próxima semana la plaza acompañado del técnico que se encargará de ejecutar el proyecto definitivo.

La remodelación de la plaza será una realidad tras un largo proceso que incluyó el cambio de titularidad a pública en noviembre de 2019 tras un acuerdo amistoso entre el alcalde, Telmo Martín, con la familia Campo para la presentación de una demanda sobre la propiedad de la plaza que seguía registrada a nombre de la familia. El Concello hizo además efectiva en marzo del año pasado la compra del kiosco tras abonar al propietario 39.703 euros, tasación realizada por el arquitecto municipal de los 75 metros cuadrados del inmueble.