Pontevedra continua escribiendo con buena letra sus balances de siniestrabilidad viaria, que para el 2020 se cerró con cifras históricas. En el año en el que estalló la pandemia del coronavirus se contabilizaron en la ciudad un total de 351 accidentes de tráfico de los que 18 fueron atropellos. Se trata de unas cifras que suponen una caída del 31,7% y del 60,8%, respectivamente, en comparación a los datosdel 2019.

Parte de la bajada de la siniestrabilidad viaria se explica por las restricciones de movilidad que se tomaron para detener el avance del COVID-19, como el confinamiento domiciliario de marzo, aunque en todos los meses se produjeron accidentes. Al margen de las circunstancias excepcionales, en el Gobierno local aseguraron que las cifras de siniestros son ya “de resistencia” en Pontevedra y que no se trata de un caso aislado. La Boa Vila, según aseguró la concejala Elena Vilaverde, “viene marcando una tendencia a la baja en los últimos años”. La responsable de Portección Cidadá no solo se apoyó para tal afirmación en que los accidentes fueron a menos, también en que descendieron la gravedad de los mismos.

Desde el 2011, en la Boa Vila no se lamentaron víctimas mortales en accidentes de tráfico. Además, del total de los que se produjeron el año pasado, 351, tan solo un 1,1% de los casos implicaron heridos graves y un 21,9% se saldaron con heridos leves. La gran mayoría, un 76,9%, reportaron daños materiales. En comparación con el año 2019, cuando tuvieron lugar 514 accidenes, estos cayeron un 31,7%. Los heridos leves se redujeron en un 34,7%, pasando de 118 a 77; y los heridos graves en un 81%, pasando de 21 a tan solo cuatro.

En total, el número de víctimas implicadas en los accidentes de tráfico en la ciudad descendieron a 97 en el 2020. La gran mayoría fueron los propios conductores, 60, mientras que 19 víctimas fueron ocupantes. Por tramos de edad, los conductores que sufrieron más accidentes se concentraron entre los 18 y los 30 años (18 conductores), seguidos de los de edades comprendidas entre los 31 y los 40 años (14).

En cuanto a los atropellos, el año pasado se produjeron 18. Se trata de un descenso del 60,8% con respecto a las cifras del 2019, cuando se contabilizaron 46. También aquí descendió el número de accidentes graves, pasando de 13 en el año anterior a tan solo uno en el 2020. El 89% de los atropellos que se produjeron se saldaron con heridos leves y tan solo un 6% de los casos necesitaron asistencia hospitalaria.

Desde la Concellaría de Protección cidadá señalaron que el 67% de los atropellos se produjeron “por no respetar un paso de peatones” y el 89% de las causas son imputadas al conductor del vehículo. Una docena de los atropellos se produjeron en pasos de peatones, 10 de ellos en pasos elevados; mientras que cuatro tuvieron lugar en zonas de prioridad peatonal y dos en carreteras.

En lo relati o al tipo de vehículo implicado en el atropello, de los 18 que tuvieron lugar, dos correspondieron a turismos, dos a furgonetas, dos a motocicletas y uno a bicicleta.

Impacto de las restricciones

Aunque todos los meses del año se produjeron accidentes de tráfico en Pontevedra, los datos bajaron significativamente en los meses que duró el primer estado de alarma. A pesar de las restricciones de movilidad, en marzo se produjeron 12 accidentes, 11 en abril y 15 en mayo. En el otro lado de las cifras, agosto fue el mes que concentró un mayor número de accidentes de tráfico, 45.

En cuanto a los atropellos, hubo tres meses en los que no se produjeron accidentes con peatones implicados: febrero, agosto y octubre. El mes con mayor número de atropellos fue el pasado diciembre, cuando tuvieron lugar cinco.

“Pontevedra es una ciudad segura”

En la presentación del balance de siniestrabilidad para el año 2020 la concejala de Portección Cidadá, Elena Vilaverde, insistió en que la tendencia a la baja “viene de atrás” y que responde a que “Pontevedra es una ciudad segura”. Detrás de los datos, que calificó de “claros y objetivos” señaló las medidas adoptadas por el Gobierno local en cuestiones de movilidad y urbanismo como claves. “Es por lo que venimos trabajando en los últimos años, tanto con las intervenciones en espacios públicos, la movilidad o el propio trabajo policial”, aseguró la edil. No adoptar dichas medidas, defendió Vilaverde, supondría una “neglicencia” por parte del Concello. “Los accidentes no se pueden evitar, pero si adoptando determinadas medidas esos accidentes se pueden reducir quiere decir que no son accidentes”, reconoció. “Pontevedra encontró el camino hace años y por él debemos seguir caminando porque está claro que da resultados importantes”, concluyó la responsable de Portección Cidadá.

La Boa Vila suma nueve años consecutivos sin sufrir víctimas mortales en sus carreteras

Un año más la ciudad de Pontevedra no notificó accidentes de tráfico con víctimas mortales en su término municipal. A pesar de que en la reducción del número de accidentes en general las restricciones de movilidad jugaron su papel, no fue así en el número de fallecidos, que se mantiene sin cambios desde el 2011. De mantenerse la tendencia, en el 2021 la Boa Vila alcanzaría la década sin accidentes mortales en sus viales, aunque si se obversa la evolución de los atropellos con heridos graves esta varía a lo largo del tiempo. Seguido del 2020, cuando tan solo hubo un atropello con herido de gravedad, los años en los que la cifra se mantuvo por debajo de los cinco fueron los comprendidos entre el 2013 y el 2015, así como también el 2017 y el 2018. En la curva de siniestrabilidad con heridos graves, en la última década se produjeron tres picos: 12 en los años 2012 y 2016 y 13 en el 2019. En cuanto al histórico de los heridos que necesitaron asistencia hospitalaria, en el 2020 se consiguió bajar la cifra de pacientes por accidentes de tráfico a cuatro, cerca en todo caso de los cinco ingresos que hubo en el 2014 y en el 2017, cuando se notificaron 209 y 158 víctimas en accidentes. En la última década, el porcentaje de personas que recibieron asistencia hospitalaria tras verse implicadas en un accidente de tráfico rondó osciló entre el 14% y el 2% del total de siniestros.