Del 2020 la comarca de Pontevedra salió engrosando su lista de vecinos a pesar de la sangría demográfica que arrastran cada año la gran mayoría de sus municipios, especialmente los más rurales. Según los datos definitivos del padrón municipal, publicado al cierre de diciembre por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la cifra de habitantes empadronados en el conjunto de la comarca alcanzó los 188.429 el año pasado y que suponen un incremento de 62 vecinos en comparación a los registrados en el 2019. Detrás del balance positivo, que con fecha a 1 de enero del 2020 no recoge posibles movimientos de población para evitar las restricciones de movilidad por la pandemia, se encuentran tan solo cuatro concellos en los que creció su padrón: Pontevedra, Sanxenxo, Vilaboa y Ponte Caldelas. En el resto, el éxodo poblacional mermó su número de empadronados.

A falta de conocer si el COVID-19 pudo tener impacto en un éxodo urbano, lo cierto es que la tendencia en los últimos años en la comarca es clara: la capital provincial tiende a crecer con cerca de 200 vecinos anualmente, mientras que los municipios de su alrededor se vacían paulatinamente. La estadística del INE para el 2020 dio a Pontevedra un padrón de 83.260 habitantes frente a los 83.029 que había empadronados en el 2019; es decir, en doce meses la ciudad sumó 231 vecinos.

A este crecimiento le siguió, en menor medida, el que experimentó Sanxenxo. Hace un año en su padrón municipal había registradas 17.414 personas, 67 más que en el mismo periodo del 2019. Se trata de una buena noticia para el ayuntamiento que, por segundo año consecutivo, engrosó su lista de vecinos tras varios años de caída. Desde el 2012 en el concello se perdía población hasta que en la estadística del padrón municipal correspondiente al año 2019 se produjo un cambio de tendencia que, de momento, se mantiene.

Los últimos dos municipios de la comarca en los que el Instituto Nacional de Estadística recoge un aumento de habitantes son Vilaboa y Ponte Caldelas. En el primer caso, en el 2020 su padrón creció en 45 vecinos, hasta los 5.919. Se trata de un crecimiento similar al que experimentó Ponte Caldelas, que con un incremento de 39 habitantes alcanzó los 5.533 vecinos con fecha de enero del pasado año.

En lado opuesto de los datos definitivos para el 2020 del padrón municipal de habitantes se encuentra el concello de Marín, que sufrió la mayor pérdida de población de toda la comarca. En enero del año anterior, su padrón se redujo en 77 vecinos, situándose en los 24.242 habitantes. A pesar de la caída, se trata del segundo municipio que más habitantes empadronados concentra, tan solo por detrás de Pontevedra.

También Poio, el último de los grandes concellos de la comarca, perdió población. En el 2020, según recoge el INE, en el municipio se pasó de un padrón compuesto por 17.082 habitantes a uno de 17.073. Con todo, se trata del cuarto concello con un mayor número de vecinos, por detrás de los citados Marín, Sanxenxo y Pontevedra. Entre los cuatro municipios, se concentra el 75,35% de los habitantes empadronados en el conjunto de la comarca.

En total, entre los diez municipios que conforman la comarca pontevedresa y que en el 2020 redujeron sus padrones municipales, se perdieron 320 habitantes en un año. Las pérdidas más acusadas son, después de Marín, las que sufrieron Barro (-57) y A Lama (-48), que se situaron en los 3.623 y 2.397 empadronados, respectivamente. Les siguen Campo Lameiro con 1.778 (-39), Portas con 2.906 (-34) y Moraña con 4.147 (-32). En los concellos donde la pérdida de población no fue tan drástica se encuentran: Cuntis, que con una docena menos de vecinos se situó en los 4.665; Caldas de Reis, con diez habitantes menos, hasta los 9.775; y Cercedo-Cotobade, que tan solo sufrió un descenso de dos empadronados, 5.697 en total.

Solo dos municipios ganaron habitantes en la última década, que dejó a la comarca con 3.772 vecinos menos

En el 2020 la comarca de Pontevedra cumplió una década de sangría demográfica. Así se recoge en la serie histórica de las publicaciones anuales del padrón municipal que realiza el Instituto Nacional de Estadística en la que se refleja una pérdida de población en el conjunto de los ayuntamientos que la conforman la comarca de 3.772 vecinos. En el 2020, entre los padrones de sus catorce ayuntamientos sumaron 188.429 habitantes frente a los 192.201 que había registrados en el mismo periodo del 2010. De los catorce municipios de la comarca, tan solo se incrementó el padrón municipal en los últimos diez años en dos. Pontevedra y Poio consiguieron escapar del éxodo poblacional al incrementar en 1.279 y 764 vecinos sus padrones, respectivamente. En el caso de la Boa Vila, se pasó en diez año de 81.981 vecinos a los 83.260; mientras que en Poio se incrementó el padrón desde los 16.309 habitantes hasta los 17.073, a pesar de que sufrió un descenso en el último año. En cuanto a Sanxenxo, que experimentó en los últimos dos años una tímida mejoría en el número de habitantes empadronados, este no consiguió mejorar sus cifras en el conjunto de la última década. En el 2010, en el municipio había 17.500 vecinos empadronados, 86 más de los que se notificaron en enero del año pasado. Aunque el mayor perjudicado de la década fue el ayuntamiento de Marín, que en diez años vio disminuir su padrón municipal en 1.755 vecinos. En el 2020, en el municipio había empadronados 25.997, lejos de los 24.242 registrados en el 2020. De cerca le sigue el concello de Ponte Caldeas que, aunque en el último año consiguió mejorar sus cifras, en la última década perdió 838 habitantes. En el 2010, el ayuntamiento contaba con 6.371 vecinos.

Pérdida de población en 15 parroquias

A pesar de la buena salud de la que goza el padrón municipal del conjunto del concello pontevedrés, el crecimiento de habitantes en la Boa Vila es totalmente desigual si se compara el centro urbano con sus parroquias. Así lo reflejan los datos del último informe publicado por el Observatorio Urbano de Pontevedra, que recoge la distribución de la población a lo largo del término municipal entre el 2014 y el 2018. En los últimos años, en Pontevedra se tiende a la concentración de la población en el casco urbano a costa de la pérdida de habitantes en las parroquias. A excepción de Mourente, que entre el 2014 y el 2018 apenas sufrió una variación del 0,9% en el número de vecinos, en el resto de parroquias se sufrieron pérdidas de hasta el 7,63%. La parroquia que más vecinos perdió fue Santa María de Xeve, que pasó de los 865 habitantes a los 799. Le sigue Cerponzón con 708 (-4,58%), Alba con 719 (-4,52%) y Bora con 722 (-4,37%). En el polo opuesto se encuentra el núcleo urbano de Pontevedra, que representa el 76,53% de la población del municipio. En total, según el balance del Observatorio, en esta zona se encuentran censados 64.909 vecinos, un 3,03% más de los que había en el 2014.