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Javier fernández VÁZQUEZ nn | Director de ‘Anunciaron tormenta’

“Hay una amnesia en general con la memoria histórica, pero este caso es más sangrante”

Su documental, centrado en el colonialismo español en Guinea Ecuatorial, es el ganador de la sección Latexos de Novos Cinemas

Fernández, a las puertas del Teatro Principal, tras recibir el palmarés. | // GUSTAVO SANTOS

En 1904, el último rey de la tribu Bubi de Guinea Ecuatorial, entonces colonia africana de España, desapareció en extrañas circunstancias. Más de un siglo después, la película Anunciaron tormenta viene a arrojar luz sobre un suceso que todavía tiene consecuencias para los bubis. Ayer, el festival Novos Cinemas le concedió a su director, Javier Fernández, uno de sus palmarés por el ejercicio pionero que realiza a la hora de revisar la historia y de recordar la importancia de preservar las lenguas de los pueblos para salvar su memoria.

–¿Qué hace a su documental ser pionero?

–El hecho que trato en el documental es un hecho olvidado y que apenas supone unas notas al pie en los manuales de historia, pero que fue un suceso muy importante para la comunidad Bubi de ese territorio de Guinea Ecuatorial. La película pretende sacar a la luz estos hechos a través de la documentación oficial que se encuentra en el Archivo General de la Administración en España y rebatir esa especie de historia oficial que quedó ahí grabada.

–¿Darle una vuelta a la visión del colonialismo español?

–Me sorprende que aquí apenas se sepa nada de la historia colonial de España en Guinea Ecuatorial, un territorio de África que no fue independiente hasta 1968. Creo que hay una amnesia que tiene que ver con las dificultades que hay en general con la memoria histórica en España, pero que en este caso es más sangrante. La colonización de este lugar supone la pérdida de la cultura autóctona Bubi y la pérdida del idioma. Me interesaba averiguar e investigar la resistencia que generación tras generación este pueblo opuso a una colonización que tiene consecuencias hasta la actualidad.

–¿Cómo consigue transmitirlo?

–En la película hago un contraste entre esas versiones orales bubis de los hechos que ocurrieron en 1904 contra los textos oficiales españoles, que lo que hacen es encubrir lo que a todas luces parece ser un crimen. Parto de los documentos españoles, como cartas e informes, de los que con una lectura atenta se pueden ver las contradicciones y corruptelas de la administración colonial española. Yo quería ponerlas de relieve y lo lógico era viajar a ese país y averiguar si había contrarrelatos. Constaté que generación tras generación se habían transmitido versiones que hablan de violencia y de las consecuencias de la muerte de este rey bubi para su pueblo.

–Si parte de testimonios orales, ¿cómo se construye la narrativa audiovisual?

–Visualmente la forma que le doy es, por un lado, convertir los textos escritos en documentos orales leídos por actores españoles a modo de voces en off poniendo de relieve las falsedades y, por otro lado, filmo los relatos orales de otra manera, más cálida. En el documental se asocian estos relatos directamente con los lugares donde el protagonista de la historia fue detenido, trasladado y enterrado. Además, me parecía importante integrar la lengua bubi, por lo que el final de la película lo cierra un poeta de Guinea que vive en España al que le hago leer un poema que él escribe en su lengua y que versa sobre estos hechos. .

–El hecho que aborda es del siglo pasado, pero los temas son de actualidad: memoria histórica y lenguas minoritarias.

–La película está abierta a este tipo de lecturas.Durante mucho tiempo, idiomas como el euskera, el catalán o el gallego estaban arrinconados o prohibidos. Las justificaciones que se siguen haciendo a día de hoy en ámbitos conservadores respecto a estos idiomas no difiere de los argumentos supremacistas de 1904 escritos por funcionarios coloniales españoles. Es normal pensar en ello, más cuando vivimos una ola reaccionaria en buena parte de España que exalta cuestiones como el imperio. Es tremendo ver que se reivindiquen estas supuestas gestas que, como muestro en la película, tienen consecuencias funestas para las víctimas.

–De cara al futuro, ¿tiene más proyectos en mente?

–Me gustaría seguir indagando en esta línea de trabajo de memoria colonial de España en Guinea Ecuatorial. Es un ámbito de trabajo poco trabajado en general, pero en el cine es especialmente sangrante la escasez de películas que abordan este tema.

–¿Cómo sienta cerrar un año marcado por la pandemia siendo premiado?

–Es una gran ilusión que después de un año tortuoso en el que, si bien la película ha participado en festivales, yo no he podido acudir a la mayor parte de ellos. Terminar el año así, con este premio, en un festival con una programación tan buena y con jurado tan cualificado me hace sentir privilegiado.

–El premio es rodar con la película por diferentes salas de España, ¿lo disfrutará pese al COVID?

–Siempre da un poco de rabia, asumo que no va a ser un año normal. Aunque sea de una manera reducida, creo en la exhibición en salas y en el contacto del publico como se ha hecho en Novos Cinemas. A pesar de todo, habrá ocasiones para que la película se vea.

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