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DESDE MI ATALAYA

Patrimonio artístico marinense (1)

Una gaviota sobre una de las esculturas del entorno de Rosalía de Castro. Santos Álvarez

Siguiendo nuestro propósito de exponer, siquiera someramente, aquellos monumentos y restos históricos, de nuestro municipio, empezamos hoy por la “Calzada romana”, también conocido como antiguo “Camino Real”, de Pontevedra a Cangas, que seguía el trazado del ramal derivado de la vía romana “Per loca marítima”, que unía a Bracara con Brigantium, desde Dúo Pontes, se dirigía Cinnania, pasando por las proximidades de varios castros o citanias, donde permanecían las Legiones romanas durante su ocupación de la península, tales como Castro de Cividade o Subida, en Porteliña y el Castro del Monte Liboreiro, en La Portela.

Dicha vía penetraba por el Pitanxo, atravesaba el río Gundin y siguiendo por las Raposeiras remontaba el río Lameira, por el Puente Zapal, subiendo hacia La Cuesta, hasta alcanzar las Siete Espadas, Castro, Soage, Ardan, Cela, Meiro La Portela y por Coiro, acabar en Cangas. Hoy, desgraciadamente se encuentra sepultada por el cemento, ante las necesidades de mejorar esta vía de acceso a la zona alta de La Cuesta, lugar donde hasta principios del siglo estaba al descubierto sus grandes losas de piedra.

Al iniciarse la subida, desde la Granja de La Cuesta, después de la doble curva que hace la” calzada”, se alza a la derecha, el llamado “Crucero de Barciela”, de tosca factura y escaso valor artístico. Su columna presenta un fuiste de sección cuadrangular con sus aristas biseladas, sobre una plataforma. Se dice haber servido como delimitación de las jurisdicciones parroquiales, pero parece haber sido construido por la devoción del propietario de la casa, siguiendo la costumbre de levantar estos sencillos monumentos religiosos, con ocasión de algún voto o promesa ligado a determinada circunstancia familiar. No sabemos la fecha de su construcción, pero desde luego no es anterior al siglo XVIII.

Siguiendo por la “calzada”, y a la altura del depósito de aguas, en la zona conocida por el Saquietan, nos encontramos con la que queda de la “capilla de San José”, conocida generalmente con el nombre de San Cayetano. Fundada por el Capitán Francisco Nogueira de Zúñiga y su esposa Tomasa Sánchez y Moscoso, en 1.707, cuya fecha se puede leer en la base de la cruz que estaba en la parte alta de la fachada, hoy dentro de la propiedad, sin saber su destino.

El objeto de la fundación fue el de facilitar el cumplimiento religioso a las personas que constituían la guarnición del Castillo de San Fernando, y a los vecinos de la orilla izquierda del Lameira.

La carta fundacional fue otorgada el 6 de marzo de 1707, ante el notario público y apostólico de la villa de Marín, Antonio de Castro Quinteiro, y los bienes asociados consistían en: La Granja de la Costa de Marín, de 80 ferrados, la Tomada das Aniñadas de 10 ferrados y la Dehesa y soto de Castaños o do Salgueiral, sitos en la parroquia de Mogor. Se celebraban misas el día de San José, San Cayetano y San Francisco, y se celebraba una famosa romería el 7 de agosto, celebración de San Cayetano. La ley de Desamortización de los bienes eclesiásticos de Mendizábal, acabó en 1836 con la vida de esta fundación, incautándose el gobierno de todos sus bienes y malvendiendo sus propiedades. De las imágenes existentes en la capilla fueron llevadas a San Julián, donde encontramos la de San Cayetano.

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