Más de un centenar de positivos por COVID afectan a tres residencias de la tercera edad del área sanitaria de Pontevedra y O salnés.
La que mayor número de enfermos concentra es la privada Soremay, en pleno centro del municipio capitalino, con 54 positivos y seis fallecidos.
La situación está siendo muy difícil para esta comunidad, ya que hay afectados tanto ancianos como trabajadores. Según los datos más recientes hechos públicos por la Xunta, son 39 usuarios y 15 empleados.
Tal y como ha podido saber FARO, el hecho de que haya tantos infectados entre la plantilla ha obligado al Servizo Galego de Saúde, Sergas, a contratar más enfermeras para poder completar las bajas entre el personal cualificado. Es, en todo caso, una actuación habitual en casos de este tipo, que se realiza como refuerzo y para garantizar la atención a los mayores.
La preocupación es máxima tanto desde la dirección del propio centro como en el Sergas y en las familias de los ancianos. El 24 de octubre fuentes oficiales informaban de un trabajador positivos y pronto el brote comenzó a complicarse a finales de noviembre. El 29 de ese mes la Xunta indicaba que ya había una veintena de positivos. Tan solo cinco días después, el 5 de diciembre, ya eran 57.
Fue entonces cuando se agravó la situación y se registraron los primeros fallecimientos, seis en una semana. El 7 de diciembre se informaba de la muerte de un hombre, de 90 años. Solo dos días después, el 9 de diciembre, fallecían dos mujeres, de 85 y 92 años. El pasado sábado, día 12, era otro hombre, de 93 años, y este lunes tenía lugar el quinto fallecimiento, un anciano de 91 años. Ayer fallecía otro de 94.
Todos ellos estaban ingresados, bien en el Hospital Montecelo, bien en el QuirónSalud Miguel Domínguez.
El resto de positivos en residencias del área de Pontevedra y O Salnés, hasta los 109 que hay en total, se reparten entre la de Vilaboa y la Domus Vi de Ribadumia.
En la primera hay 45 casos, de los cuales 31 son personas mayores usuarias y los otros 14 son trabajadores.
Por su parte, en la de Ribadumia suman una decena: un anciano y nueve empleados. Ayer mismo negativizaron el virus siete afectados, cuatro usuarios y tres trabajadores.
Actualmente, la residencia de la Xunta en Pontevedra, la de Campolongo, continúa limpia de COVID.
