La autopsia al cadáver de Ignacio Cal García, hostelero de Sanxenxo de 62 años de edad que en la madrugada del pasado viernes apareció muerto a 40 metros de un accidente de tráfico en el que estaría implicado su hijo, reveló un fuerte golpe en la cabeza. En el análisis judicial del cuerpo participaron dos médicos forenses, ante los indicios de una muerte violenta, sin que por el momento se descarten otras hipótesis. El único detenido en relación a este suceso, el hijo del fallecido, I.C.G. de 33 años de edad, aún no ha pasado a disposición judicial.

El cadáver fue encontrado tendido a poca distancia de un accidente de tráfico en el que estaría involucrado el hijo del fallecido, ocurrido a las 7.30 horas del pasado viernes en la carretera de Sanxenxo a Portonovo.

La Guardia Civil no descarta la hipótesis del homicidio, sin renunciar a otras opciones, como un golpe accidental en la cabeza. La investigación continúa abierta y los investigadores podrían agotar el plazo legal de 72 horas para poner a disposición judicial al único detenido. Sin embargo no confirman que su detención esté vinculada a la muerte de su padre o simplemente al accidente de tráfico del que se habría ausentado.

La investigación de los sucesos y la relación entre ambos está rodeado de un gran hermetismo, por lo que los investigadores señalan que barajan por el momento varias hipótesis sin querer decantarse por ninguna de ellas. Están a la espera de que el detenido pase a disposición judicial.

Uno de los vehículos implicados en el accidente. | // G. SANTOS

Mientras, el cadáver del fallecido en este rocambolesco caso permanecía ayer custodiado en el instituto anatómico forense del Hospital Provincial de Pontevedra, sin ser entregado a la familia mientras no concluya la investigación judicial. El análisis forense se desarrolló durante buena parte de la jornada de ayer.

Desde el hospital se indicaba en la tarde de ayer que el análisis no estaba cerrado, por lo que no se puede descartar ninguna causa de la muerte, si bien admitían que hay sospechas de que pueda tratarse de una muerte violenta.

Los agentes que atendieron al accidente de circulación próximo al lugar donde se localizó el cuerpo indicaron que se descartaba que el fallecido condujese alguno de los vehículos implicados, ya que el propio coche de la víctima estaba estacionado en las inmediaciones.

Los vecinos del lugar donde se desvaneció el hombre aseguran que éste venía tambaleándose por la carretera hasta que finalmente se desplomó en un callejón próximo a la discoteca Pirámide. El siniestro ocurrió en la calle Circunvalación, en la PO-308 ente Sanxenxo y Portonovo.

El hijo del fallecido fue detenido el mismo día, al acudir a declarar por voluntad propia ante la Guardia Civil. Era el conductor de uno de los vehículos implicados en el accidente, que tras el siniestro se habría dado a la fuga.

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Sus conocidos descartan un asesinato

Los conocidos de la familia descartan que el hijo pueda estar directamente relacionado con la muerte de Ignacio Cal García, ya que no les consta que hubiese mala relación entre ellos, ni ningún motivo que pudiese desencadenar un posible homicidio. Entre el vecindario y los allegados de los afectados se apunta que el hijo, que conducía uno de los vehículos implicados en el accidente de tráfico, regresaba de una fiesta o cumpleaños en la zona de Adina y que se dirigía hacía Sanxenxo, mientras el coche con el que colisionó iba en dirección a Portonovo. Al sufrir el siniestro habría llamado a su padre, que se habría personado en el lugar del accidente en su vehículo. El hijo, supuestamente, no estaría en unas condiciones óptimas para la conducción y habría huido del lugar. Mientras su padre, al que, según indican, le flaqueaba la salud habría sufrido una indisposición repentina en el lugar, tras la que cayó al suelo golpeándose la cabeza, lo que explicaría el fuerte golpe que presentaba el cadáver. En el accidente de tráfico se vieron implicados dos vehículos, mientras que el que conducía el fallecido estaba aparcado en las inmediaciones y con el interior ordenado. Los propios agentes que acudieron al accidente de tráfico trataron de reanimar a la víctima, con la posterior ayuda de los servicios de emergencias. En Sanxenxo y en su puesto de la Guardia Civil se evidenció ayer un atípico movimiento de agentes, con la presencia de algunos investigadores procedentes de otros puestos, según indicaron fuentes cercanas.