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Desigual apertura de la hostelería en la comarca, que inicia la creación de una federación gallega

Fructíferos contactos de Hoempo con otras asociaciones afectadas por el COVID en Compostela y Vilagarcía | Las terrazas que se animaron a abrir se quedaron pequeñas para acoger a una clientela deseosa de consumir

Terraza de la “Cafetería América” de Pontevedra con todas sus mesas llenas en su primer día de nueva actividad. | // RAFA VÁZQUEZ

El dueño del restaurante “As Campás” pone una mesa. | // R.V.

Terraza de la cafetería “El Aviador”, de Sanxenxo, ayer. | // GUSTAVO SANTOS

Cuatro amigos brindan por su reencuentro tomando un vino. | // R.V.

El primer día de reapertura de la hostelería en los municipios gallegos afectados por restricciones dejó imágenes desiguales ayer de los bares, cafeterías y restaurantes de la comarca de Pontevedra. Mientras que en determinadas zonas las terrazas, pese a la lluvia, se quedaban pequeñas para los clientes, habituales o no, en otras calles los responsables de los negocios decidieron mantener la verja echada porque no les compensa económicamente abrir en base a los límites impuestos por la Xunta en en esta inicial desescalada: solo consumo en exterior al 50 por ciento y hasta las 17 horas en los casos de Pontevedra,Marín, Sanxenxo y Poio.

Los socios de una de las principales asociaciones del sector, Hoempo, llegaron la noche del jueves a un acuerdo tras mantener una reunión de varias horas en la que estaba previsto decidir si se sumaban a la reapertura o no. Finalmente, decidieron “dar libertad a los asociados, porque proponer un cierre sería calamitoso”, asegura Elena Vitoria, portavoz del colectivos.

“Cada persona echa sus cuentas y aquellas personas que no cuentan con empleados o pueden llevar adelante su trabajo ellos solos con algún trabajador son los que pueden permitirse abrir, porque por poco que facturen les supone la supervivencia. En todo caso, desde Hoempo nosotros apoyamos a todos, cierren o abran”, subraya.

Y mientras los autónomos del sector dan sus primeros pasos en esta nueva etapa, la asociación Hoempo también avanza en la creación de una federación gallega de hosteleros Por el momento se han reunido ya con la Asociación de Hostelería Compostela y la Asociación de Turismo de Vilagarcía. “Siendo más tendremos más capacidad para ser fuertes contra las medidas impuestas. Seguiremos con la ronda de contactos”, afirma Vitoria.

“Queremos trabajar”

“Soy autónomo y necesito trabajar. Cada uno sabe de sus circunstancias. Yo tengo que tener la tienda abierta porque en Navidad vendo mucho vino y jamón, entonces para eso también monto la terraza”, explica Ramón Pedras Lorda “Petete”, conocido hostelero pontevedrés y dueño de “La Cata”, que ayer reabrió sus puertas.

“Los hosteleros queremos trabajar, no ayudas. Por eso vamos a ser estrictos y riguroso con el cumplimiento de la ley”, asegura mientras se dirige a sus clientes en la terraza recordándoles el uso de la mascarilla y el mantenimiento de las distancias de seguridad.

A pocos metros de esta tienda se encuentra el restaurante y pulpería “As Campás”. Sergio Guerra, su responsable, reconoce que se ha permitido poder montar la terraza porque durante el cierre obligado mantuvo el servicio de comida a domicilio. “Podemos hacerlo porque somos mi mujer y yo, sino sería imposible. Y ya que vamos a estar aquí todo el día por el servicio para llevar, pues de paso atendemos también a la terraza”, explica el restaurador, que reconoce que la facturación ha caído más de un 60 por ciento.

Una cafetería a la que muchas otras envidiarán este invierno es la de las Galerías Oliva, con entrada por la calle Gutiérrez Mellado. “Reconozco que es una suerte porque aunque llueva o hace frío sigue siendo terraza, pero los clientes están más abrigados”, afirma su dueña, Pili González, que cuenta con dos empleados.

El establecimiento continuó durante todo el mes de noviembre con el servicio de cafés para llevar. “Nos ha compensado y no nos esperábamos tanta demanda”, asegura satisfecha.

Un brindis por 40 años de amistad y vino

La reapertura de las terrazas en los municipios con restricciones ha supuesto mucho más que un importante avance para el sector hostelero. Y es que con la relajación hacia esta nueva desescalada se permite también, después de un mes, el contacto con personas no convivientes, hasta un máximo de cuatro. En la “Adega dos avós” de la calle Gutiérrez Mellado de Pontevedra, cuatro amigos retomaron ayer a mediodía su quedada habitual para tomar un vino. “Llevamos 40 años quedando para tomar vinos”, aseguran a la vez que brindan por este reencuentro. Eso sí, todos ellos utilizando correctamente la mascarilla.

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