Los dos ciclistas siguieron el juicio como público. | // RAMÓN LEIRO / POOL

Un acuerdo de conformidad zanjó ayer el juicio contra el camionero acusado de agredir y amenazar a dos ciclistas empleando un martillo el 25 de octubre de 2018 en la carretera vieja de Marín a Pontevedra, en el acceso a Celulosas. Un incidente que se registró en un vídeo que se hizo viral.

El transportista, Francisco Javier L. L., reconoció los hechos y asumirá el pago de una cantidad cercana a los 22.000 euros entre multas e indemnizaciones a las víctimas. Ante la conformidad del acusado y las acusaciones, la magistrada del juzgado de lo penal tres de Pontevedra lo condenó a unas penas de multa que suman 4.500 euros a los que hay que añadir 16.779 euros en indemnizaciones.

Concretamente el acusado reconoció ser autor de un delito leve de lesiones por el que aceptó tres meses de multa a razón de 10 euros al día. También asumió haber cometido un delito leve de amenazas por el que se le impone una pena de dos meses de multa a razón de 10 € euros al día. Por último, también reconoció un delito de daños por el que se le impuso una pena de 10 meses a razón de 10 euros al día.

En cuanto a la responsabilidad civil, deberá indemnizar al ciclista Delfín Santiago con 12.500 euros por las lesiones y secuelas sufridas, y a su compañero Ángel Iglesias con 3.500 euros por los daños causados en su bici y en otros elementos. Por último, deberá también indemnizar al sergas en 779 euros por el coste de la atención sanitaria al ciclista que resultó lesionado.

La magistrada le advirtió de que en el caso de no atender al pago de estas cantidades podría derivar en el cumplimiento de siete meses y 15 días de prisión. Tras el compromiso de todas las partes de no recurrir el fallo, este se declaró firme.

Según los hechos recogidos en el escrito de acusación y que el procesado reconoció como ciertos, sobre las 13.05 horas del 25 de octubre de 2018, el acusado circulaba por la carretera PO-546 conduciendo su camión. Cuando estaba entrando en la vía de acceso a la factoría de Ence, se colocaron delante del camión los dos ciclistas, Delfín y Ángel, que se apearon de sus bicicletas dejándolas en el suelo delante del camión y se encaminaron a la cabina, subiendo uno de ellos al estribo de acceso a la misma llamándo en la ventanilla, mientras que Delfín llamaba a la puerta, instándole a bajar del camión.

Momentos después, el acusado “enfadado, bajó de su camión portando un martillo en la mano “y persiguió a Ángel mientras le decía “ven aquí hijo de puta, ven aquí que te mato”, sin que lograra darle alcance.

“Márchate que te mato”

Acto seguido golpeó la bicicleta de Ángel con el martillo y le dio patadas, tirándola luego a la maleza.

Inmediatamente se dirigió hacia Delfín, a quien tras gritarle “marcha que te jodo”, le golpeó con el martillo alcanzándole el hombro y el casco que llevaba puesto, al tiempo que le decía “márchate que te mato”.

“Que sirva para que todos tengamos más cuidado y no se repita”, dice una de las víctimas

Las dos víctimas, al cerrarse un acuerdo de conformidad, pudieron seguir el juicio desde los bancos destinados al público y observaron como el acusado reconocía los hechos. Delfín Santiago rechazó hacer declaraciones y abadonó rápidamente el juzgado tras finalizar el juicio. Su compañero aquel día, Ángel Iglesias, sí que hizo una pequeña declaración aunque también se mostró reacio a valorar la sentencia. “Ha sido condenado que es lo que queríamos”. Espera que el reconocimiento de los hechos en el juicio y asumir las multas y las indemnizaciones sea al menos una fórmula de arrepentimiento para el acusado por todo lo sucedido, porque sí que desveló, a preguntas de los medios, que el transportistas no se puso en contacto con ellos a lo largo de todo este proceso para pedir disculpas. “Nunca se ha dirigido a nosotros”, señaló. “Lo que sé es que a mí me hizo daño y a mi compañero” y espera que este juicio sirva “para que todos tengamos un poco más de cuidado”. “Ahora esto se acabó ya” y “que no se repita”.

Fundación Prodeporte

También se presentaba como acusación popular la Fundación Ado Moure Prodeporte, quien reconoció que en estos casos de violencia vial con ciclistas suelen ser “mucho más ambiciosos y preferiríamos un resultado que de verdad castigara los hechos que ocurrieron” pero explica que tambén han aceptado el acuerdo “por no perjudicar v los intereses de las víctimas”.