O Grove es el puerto más importante de Galicia para la venta de centollo. Ayer volvió a demostrarlo al ingresar 680 euros, más impuestos, por solo tres ejemplares: un macho y dos hembras

Aunque tiene truco, ya que se trataba de la subasta benéfica, organizada cada año por la cofradía de pescadores a beneficio de Cáritas y al abrigo de las jornadas de exaltación del preciado crustáceo.

Lo que se hace es organizar un concurso para elegir las mejores piezas vivas, y una vez seleccionadas, se subastan para recaudar fondos con los que se busca ayudar a los más necesitados.

Esta vez los ganadores del concurso fueron tres, ya que se produjo un empate en el momento de seleccionar la mejor hembra, y parece que los organizadores decidieron premiar las dos, en lugar de deshacer el empate.

Eran dos centollas que pesaban 2,4 kilos cada una, capturadas por los barcos “Chapeliño” –perteneciente al patrón mayor de la cofradía, Antonio Otero– y “Edi” –de José María Meis Vila–, muy conocidos entre la flota de enmalle.

Junto a ellas, en el podio, un macho de 4,550 kilos de peso recogido en las redes largadas por la embarcación “Ariño”, también con una dilatada trayectoria en el sector y el concurso.

De este modo, los armadores de esos barcos se llevaron como premio 150 euros –para cada uno–, además del orgullo de saberse ganadores de un concurso ya tan consolidado y mediático como este.

Una vez resuelta la cuestión sobre los mejores ejemplares vivos se procedió a la subasta de los mismos, claramente dominada por Pescadería Manolo, una firma asentada en la ciudad de Pontevedra que regenta Ricardo Pombo Casal.

Y es que pujó hasta los 200 euros para llevarse una de las hembras, estuvo a punto de hacerse con la segunda –llegó hasta los 185– y compró el macho, en este caso por 280 euros.

La otra centolla premiada fue adquirida por otros 200 euros, para la firma local Mariscos Trelles, muy conocida en la lonja grovense.

“Se trata de un concurso y una puja muy bonitos, emocionantes y solidarios, por lo que estamos muy orgullosos de habernos llevado la pareja; aunque tuviéramos que pagar más de 500 euros, ya que hay que sumar los impuestos”, proclamaba Ricardo Pombo, antes de indicar que los ejemplares adquiridos estarán expuestos en su pescadería, cerca de la comisaría pontevedresa de la Policía Nacional.

Junto al concurso y la subasta desarrollados en la lonja se procedió al ya tradicional homenaje de los marineros mecos jubilados que dedicaron su vida a la pesca de centollo. Esta vez, como se había anunciado, los homenajeados fueron los hermanos José y Jacobo Domínguez Soutullo, de 78 y 80 años, respectivamente.

Recibieron el diploma que les concede el pósito y, como novedad en este reconocimiento público anual, una condecoración de la cofradía gastronómica O Centolo Larpeiro. De ahí la presencia de representantes de ambas entidades, al igual que del alcalde, José Cacabelos, y otros miembros de la Corporación.