La Policía Local de Poio cierra la pasada semana con un total de 40 denuncias por incumplimiento de las medidas restrictivas decretadas por la Xunta de Galicia. Destaca entre ellas el caso de un bar de Combarro que vendía alcohol a los clientes, no convivientes, que lo consumían a la entrada del local. Ocurrió a última hora del pasado viernes, 20 de noviembre, cuando vecinos y otros hosteleros alertaron de la situación. Los agentes constataron que la responsable de este local estaba vendiendo estos productos y permitía su consumo en el exterior a un total de 16 personas, cuando las restricciones solo permiten la venta de productos para llevar.

La inspección realizada por la policía sirvió para confirmar que, si bien el negocio permanecía cerrado, contaba con una barra exterior improvisaba, a través de la cual se servían las bebidas que eran consumidas en el acto por los allí presentes. Los agentes tramitaron la denuncia para los consumidores, así como expediente sancionador para la responsable del establecimiento, que se enfrenta a una sanción económica que puede ir desde los 601 hasta los 30.000 euros. La Policía Local también identificó la otras cuatro personas no convivientes consumiendo alcohol en la vía pública en Campelo.

Entre el resto de las denuncias, las más comunes fueron saltarse el cierre perimetral, no respetar las distancias de seguridad o la realización de reuniones en la vía pública entre personas no convivientes. Además, se constataron ocho incumplimientos del cierre perimetral, entre los que destacan tres vecinos que se desplazaron hasta Sanxenxo para acudir a un funeral y una persona con domicilio en el Grove que se encontraba en Raxó sin causa justificada. Los controles no se limitaron exclusivamente a las carreteras, sino que también se pasó revista a las autocaravanas ubicadas en el área habilitado en A Sec. Allí, los agentes identificaron la tres personas, en dos vehículos diferentes, que provenían de Madrid y de Ourense, respectivamente.