El objetivo del gobierno de Sanxenxo, a medio y largo plazo, es recuperar zonas de alto valor paisajístico y patrimonial para el esparcimiento de vecinos y ampliar la oferta lúdica de la temporada baja.

El próximo fin de semana se celebrará en Sanxenxo el I ciclocrós Con da Romaíña, prueba puntuable de la Copa Galicia de esta disciplina deportiva. Hay vecinos, pero sobre todo visitantes que no conocen el Con da Romaíña, su leyenda y el alto valor etnológico, razón por la que forma parte del catálogo del patrimonio arqueológico de Sanxenxo.

En el lugar de O Santo, en la parroquia de Nantes, y en medio de un monte de pinos y robles hay dos grandes bloques graníticos, separados por escasos metros, que conforman un abrigo natural. En épocas pretéritas, posiblemente al final del Neolítico, 2000 años a.C. el Con da Romaíña fue un área de asentamiento de los primeros pobladores de Sanxenxo. En la parte superior de uno de los bloques hay varias insculturas (tallados en la piedra), una en forma de cruz y dos pequeñas cavidades que seguramente servían de cazoletas para la preparación de alimentos.

Pero quizás lo más atractivo de Con da Romaíña es la leyenda de Manoliño “O Currucato” un hombre muy valiente que fue retado por un viejo que le conminó a permanecer allí un día de luna llena hasta que las campanas tocaran las doce de la noche. Manoliño no dudo en hacerlo, allí estaba cuando llegó la medianoche y se abrió una puerta en la piedra por la que salió una mujer mora encantada, que le habló de un tesoro y le condujo hasta el mismo. Cuando se disponía a cogerlo la mujer se convirtió en una gran serpiente que se abalanzó sobre él, pero O Currutaco supo defenderse, cogiéndola por el cuello hasta que logro estrangularla. Cansado por la pelea aún consiguió hacerse con el tesoro y subir las escaleras, pero se encontró la puerta cerrada y acabó muriendo atrapado en el interior de estas piedras donde permanece el tesoro.