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Los “abuelos” buscan hogar para el frío invierno

La Canceira de Poio lanza un SOS para encontrar casas de acogida para los perros más mayores

Oso, tumbado en una de sus salidas. FdV

Las temperaturas comienzan a bajar y el frío invierno se hace cada vez más duro, especialmente cuando no se tiene el calor de un hogar. Por ello la Canceira de Poio lanza un SOS para buscar casas de acogida para sus “abuelitos”, que sufren especialmente en esta época del año. “Lo pasan francamente mal en invierno porque la humedad y el frío les afecta muchísimo. Son perros de unos 10 años que están bien de salud, pero las bajas temperaturas les afecta mucho a los huesos y necesitan un lugar caliente donde dormir”, explica Elisa López, tesorera del colectivo que trabaja en la canceira.

La dura realidad es que estos perros vienen de unas condiciones muy malas y se parte el corazón de pensar que pasarán el final de sus días sean en una perrera.

Aunque cualquier adopción a un perro mayor es una celebración, en la canceira tienen casos de extrema urgencia por la situación de estos perros. Son canes han tenido una vida muy complicada, Claro ejemplo de ello es Oso, que llegó este verano a la perrera local.

Sabela, en un paseo por el monte. FdV

Calculan que tiene 12 años, la policía se lo quitó a su propietario por las condiciones en las que estaba el animal. “Lo tenían atado a una cadena, con una anemia brutal y un bulto en el pecho abierto. Cuando llegó no se tenía en pie, se caía de las patas traseras de estar tanto tiempo atado y durmiendo sobre piedras”, recuerda López. En apenas unas semanas cambió completamente con una buena alimentación y cuidados sin necesidad siquiera de operaciones. Aún así tiene las patas entumecidas y el frío no le hace bien.

“Es increíble cómo ha cambiado. Ahora le encanta jugar con las pelotas, con un balón de fútbol es feliz. Además es muy gracioso verlo jugar porque se nota que es muy torpe”, bromea la portavoz.

Por su parte Sabela es una perra de 10 años, llegó hace dos a la canceira, tiene problemas de huesos y necesita adelgazar urgentemente para poder ser operada de un tumor. Por ello necesita de una casa donde puedan controlar su alimentación. “Es tímida, pero curiosa. Cuando sale a los paseos la gente le agobia un poco, pero a la vez se quiere acercar a ellos. Siempre saca por ahí la cabeza para ver qué pasa, pero manteniendo las distancias”, explica Elisa.

Wilson toma el sol en la canceira. | // FDV

De Wilson, de 9 años, solo pueden decir que es “un cacho de pan”, pero las condiciones de la perrera local empiezan a hacer mella en él y necesita pronto un hogar., solo quiere mimos, es un perro muy bueno”.

Desde la canceira entienden que a la gente les de pena que puedan morir pronto. Pero señalan que ”son perros muy resistentes que han pasado por condiciones muy malas, son tranquilos y solo buscan compañía. Si tienes una vida más sedentaria este es un perro perfecto, no tiran tanto en los paseos, no necesitan tanta actividad, son maravillosos con los niños y muy cariñosos. La calidad de vida con ellos es muy cómoda”, no dan problemas.

Por último la perrera recuerda que los paseos siguen activos, pero de forma individual o con convivientes.

Gandalf durante un paseo. | // FDV

Gandalf, 12 años busca un verdadero hogar

La historia de Gandalf es sobrecogedora. Lleva cinco años en la Canceira de Poio esperando encontrar un hogar. Calculan que tiene 12 años y el frío de la perrera le pesa tanto que a veces ni siquiera quiere salir de su caseta. Según sus cuidadores, este pastor alemán, “lo único que hace es mirar para los coches que hay fuera. Da igual cuánta gente haya en la canceira, si hay alguien en un coche fuera está mirando para allí, parece que está esperando a que alguien lo lleve a casa”. Este perro tiene una historia especialmente dura. Llegó a la perrera local con un gran bulto en el pecho del que fue operado y se recuperó rápidamente. “Llegó en unas condiciones horribles, se veía que había sido muy maltratado. Ahora está estupendo, con un poco de cuidado los perros mejoran mucho, pero contra el frío poco podemos hacer porque no dejan de estar en una perrera”. Este es un perro súper cariñoso, que solo busca mimos. Sus huesos necesitan un lugar donde duerma caliente y no en una caseta que no le protege de la climatología. La casa de acogida solo debe comprometerse a avisar a la canceira si el perro se encuentra mal para llevarlo al veterinario y darle amor. Desde la perrera reconocen que estos procesos están siendo más complicados por las restricciones de movilidad ya que hacen entrevistas antes de la adopción o acogida para explicar cómo es el perro y ver si se adapta a la familia. Por ello están buscando otras alternativas que les facilite encontrar un hogar.

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