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Aprender un oficio en la prisión

Actualmente, 45 internos se forman profesionalmente en panadería, soldadura o pintura

Empanadas realizadas por los internos en el curso de panadería. Instituciones Penitenciarias

El trabajo es un elemento básico en el proceso de reinserción de una persona tras su paso por un centro penitenciario. Disponer de un empleo es un factor importante a la hora de volver a integrarse socialmente una vez cumplida la condena y por eso también es positivo que durante su estancia en prisión los internos tengan la oportunidad de mejorar sus capacidades profesionales para facilitar a su salida de la cárcel su regreso al mercado laboral.

Es por ello que en los centros penitenciarios españoles se ponen en marcha numerosas actividades de capacitación profesional para sus internos, también en la de A Lama. La crisis sanitaria desatada por la Covid-19 ha llegado a todos los ámbitos de la sociedad y también se deja notar dentro de los muros de la prisión en estas actividades. El 2020 es, por tanto, un año “raro” también en la programación de estos cursos de formación también entre los muros de la prisión por culpa de las medidas preventivas frente a la Covid-19.

Fuentes de Instituciones Penitenciarias explicaban ayer que habitualmente se suelen realizar al menos media docena de cursos de capacitación profesional en la prisión. En lo que va de año, el centro penitenciario de A Lama acogió un total de cuatro iniciativas: cocina (ya finalizado), soldadura, pintura y panadería. Estos últimos están todavía en marcha y actualmente suman 15 internos cada uno que obtendrán un certificado de profesionalidad (de nivel 2 en el caso de soldadura y panadería y de nivel 1 en el caso de pintura) que les podrá abrir muchas puertas en el mercado laboral una vez que abandonen el centro penitenciario.

En este caso, los cursos están auspiciados por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) del Ministerio de Trabajo pero no es la única administración que colabora con el centro penitenciario en materia de formación sociolaboral. También la Xunta tenía en marcha un programa de formación en competencias clave que tuvo que ser suspendido como consecuencia de la pandemia.

Ayer, Instituciones Penitenciarias aprovechaba su cuenta en la red social “Twitter” para difundir a toda España el resultado del trabajo que realizan los alumnos del curso de panadería del centro penitenciario de A Lama con unas fotografías del pan, los pasteles o las empanadas que cocinan y que son una prueba del nivel de capacitación profesional que adquieren los internos a través de estas actividades formativas.

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