Sorprendidos de que concellos con muy baja incidencia (en nivel 0 o 1 de casos) formen parte del área de restricción y preocupados por si la inclusión en el mismo perímetro de movilidad de Pontevedra, con un elevado número de contagios, fomentará la transmisión del virus. Los alcaldes de varios municipios de la comarca no ocultaban ayer sus reservas sobre las medidas anunciadas por el presidente de la Xunta y el de Ponte Caldelas, el socialista Andrés Díaz, ya ha anunciado que pedirá a la Xunta “el cierre individual por municipios”.
Defiende que inclusión de Ponte Caldelas “no es una medida correcta ni bien pensada. Estuve de acuerdo con el cierre perimetral de los tres concellos y que se anunciase con poca antelación antes del puente, pero la de ahora es errónea”. Considera “incomprensible” que “en este concello se cierre la hostelería, cuando está en juego el pan de tantas familias, pero se pueda ir a la capital, donde la situación es grave”.
Por su parte, el alcalde de Campo Lameiro, Carlos Costa, recordaba los “dos o máximo tres casos” activos en su municipio antes de afirmar que “no veo normal que nos cierren con el grave perjuicio económico que supone; y la única explicación que se nos da es que es por ser un concello limítrofe con Pontevedra”.
El regidor de Barro, Xosé Manuel Fernández Abraldes, pidió a sus vecinos que “sean prudentes” y eviten “hacer vida social intensa en concellos con un elevado número de contagios”. Es uno de los alcaldes que teme que la inclusión en la misma zona de movilidad que Pontevedra, a la que los residentes no podían acceder desde el pasado viernes, pueda motivar acudan a la ciudad para realizar sus compras durante el fin de semana, incrementando el riesgo de propagación del virus.
Abraldes coincidió por lo demás con todos los alcaldes en las llamadas a la responsabilidad y en el mensaje de “total colaboración”, más allá de las discrepancias, con el Ejecutivo gallego en la lucha contra la pandemia.
A quien no sorprendió la ampliación de las restricciones es alcalde de Poio, Luciano Sobral. Se esperaba “esta medida que es dura, nos encontramos probablemente en el momento más delicado desde que comenzó la desescalada, tenemos que acatar estas medidas, que esperemos que sean efectivas”.
Sobral demandó a la Xunta que “cumpla con su compromiso de aportar soluciones y vías de ayuda para los sectores más afectados, como es el caso de la hostelería, su futuro está en juego”.
También el alcalde de Cerdedo-Cotobade, Jorge Cubela, mostró su solidaridad con los hosteleros. “Ha sido una decisión del comité sanitario y al igual que cuando el Gobierno central tuvo que tomar medidas ahora se hacen aquí, y lo que toca es apoyarlas y cumplir, pero en este momento me acuerdo especialmente de los más perjudicados, que son los hosteleros”.
Además de anunciar que “se intentará buscarles ayudas” para paliar en la medida de lo posible las pérdidas, señaló que a medida que la pandemia evolucione positivamente “valoraría que se pudiese confinar por concellos, al menos en lo que respecta a las medidas relativas a la hostelería, porque es chocante que se pueda ir a pasear a Pontevedra y no a tomar café en una cafetería del rural.
La relación de concellos en el área de restricción concluye con Vilaboa, cuyo alcalde, César Poza asegura que estas medidas “son más que necesarias, nos habíamos quedado en zona de nadie, son medidas drásticas pero hay que tomarlas”. Hizo votos porque “la gente se lo tome en serio y evitemos males mayores”.
Lores: “No veo hoja de ruta, creo que se están dando bandazos”
El alcalde de Pontevedra, Miguel Fernández Lores, reconocía ayer que “la situación pinta muy mal, la cuestión sanitaria está empeorando, con el aumento de los ingresos y el riesgo de colapso. Es una situación grave sanitaria, social y económicamente, pero si no se mejora la situación sanitaria no hay forma de mejorar las otras”. Volvió a demandar “medidas drásticas, reducción de la movilidad y también que esas restricciones “tengan contrapartida económica”.
Citó las ayudas anunciadas por el estado alemán como referencia. Con ese soporte económico y el control de la pandemia “si se compensa el cierre puede haber luz al final del túnel, pero si esto se extiende meses va a ser la debacle”. “No veo hoja de ruta” en la lucha contra la pandemia, lamentó el regidor capitalino, “creo que se están dando bandazos, alguien tiene que tomar decisiones porque no valen las medias tintas”. En su opinión, se están adoptando “medidas tímidas, a contracorriente, hay países con controles estrictos que asilan el virus y nosotros que vamos detrás de él”.
Ramallo: “El objetivo es que no haya cierres en Navidad”
“El cierre perimetral se notó en una reducción muy significativa de la movilidad durante el puente, fue efectivo y es lo que se busca ahora, limitar la movilidad y restringir las reuniones a los convivientes”, señala la alcaldesa de Marín, María Ramallo. Esta recuerda que “el cierre será por un mes con el objetivo de minimizar los contagios y ver si es posible que no haya restricciones en Navidad, es el objetivo, que no haya cierres” en las próximas fiestas. Hizo un llamamiento a la “responsabilidad personal” y recordó que los rastreos muestran que la mayoría de contagios “son en reuniones familiares y sociales”.
