La crisis sanitaria provocada por la Covid-19 está cambiando radicalmente las costumbres en los centros educativos para adecuarse a los protocolos establecidos con motivo de la pandemia. Otros años, el de ayer habría sido un día de sustos, bromas y actividades para celebrar el Samaín en muchos colegios pero este año las actividades han desaparecido debido a la pandemia o se han reducido drásticamente para adaptarse a las medidas de seguridad antiCovid-19.

En muchos de los centros educativos de la provincia, por ejemplo, los colegios se han limitado a permitir a los alumnos a que acudiesen disfrazados a clase. Es lo que ocurrió, por ejemplo, en el Álvarez Limeses de Pontevedra, en donde los niños que quisieron fueron ataviados con los tradicionales disfraces de Samaín o de la versión importada de Estados Unidos, el Halloween.

Así, solo con el disfraz y con trabajos en clase sobre el Samaín discurrió esta jornada en la mayoría de los coles, guardando las distancias de seguridad y las estructuras “burbuja” para evitar posibles contagios.

La pandemia, de hecho, está trastocando todas las citas culturales del otoño. Por ejemplo, tampoco hay mucho margen para los tradicionales magostos. Con todo, por ejemplo, el Álvarez Limeses, no renuncia a realizar su pequeño magosto con la tradicional visita del castañero al centro. Habitualmente se instalaba en el patio del centro y allí repartía las castañas asadas a los alumnos.

Este año, por motivos de seguridad, el castañero llegará igual al colegio pero las castañas se repartirán individualmente a cada niño en las propias aulas.