La interminable obra del primer tramo de la A-57 entre Pontevedra y A Ermida (la primera piedra de esta autovía se colocó a finales del año 2015) tiene ya una fecha para su posible finalización. Será a finales del año 2022, tal y como confirmó ayer el delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, si no se vuelven a torcer las previsiones para esta importante infraestructura que conforma uno de los tres tramos de la circunvalación este de Pontevedra.

Tanto Losada como los responsables de la obra, destacaron la “gran complejidad” de este proyecto que discurre por una zona montañosa a través de la ladera de la sierra de A Fracha. Este es el principal motivo de que la ejecución del proyecto se alargue tanto en el tiempo, a pesar de tratarse de un tramo de tan solo seis kilómetros de autovía (a los que hay que sumar otros 2,5 kilómetros de vía convencional para conectarla la A-57 con la Nacional 550 y la AP-9 en Vilaboa).

Cuatro viaductos

De hecho, la visita del delegado del Gobierno se realizó sobre uno de los cuatro grandes viaductos que tiene la obra, en este caso sobre el río Pintos. En total, la actuación incluye 15 grandes estructuras, 4 de ellas estos viaductos que conforman el propio tronco de la obra y otras 11 que van a garantizar su permeabilidad a lo largo de los seis kilómetros de recorrido. Actualmente, la obra alcanzó aproximadamente el 50% de su ejecución a pesar de los cinco años de trabajos. Los responsables de la empresa adjudicataria hicieron hincapié en la singularidad de los trabajos que se están llevando a cabo para la construcción de algunas de estas infraestructuras y también de la ingente cantidad de tierras que es necesario mover y a la creación de grandes terraplenes, algunos de más de 60 metros de altura. Actuaciones “poco habituales” en una infraestructura de estas características.

La ejecución de este tramo también supondrá la expropiación de dos viviendas.

Mientras que esta primera parte de la A-57 está en obras, cabe recordar que sigue en tramitación ambiental el segundo tramo de la circunvalación, entre A Ermida y Pilarteiros; y que está pendiente de elegir el mejor trazado para el tercer y último tramo hasta conectar con la AP-9 y la vía de O Salnés en Barro.

En total, serán unos 22 kilómetros que supondrán una inversión de 300 millones de euros para lograr que Pontevedra, como destacó el alcalde Miguel Fernández Lores, deje de ser una de las pocas capitales de provincia que no tiene circunvalación. En estos seis primeros kilómetros entre A Ermida y Pilarteiros se invertirán 79 millones de euros.

El regidor de la ciudad del Lérez, presente en el acto, insistió en la necesidad de “priorizar” la ejecución de estos tres tramos de la A-57 (dado que solo cuando esté completa tendrá verdaderamente sentido esta circunvalación) al considerar la obra “trascendental”, sobre todo para la movilidad industrial en la comarca al unir los polígonos de Barro, Campiño y A Reigosa.

La circunvalación también permitirá reducir el tráfico en nudos como el de O Pino o el de O Marco, en el acceso a Pontevedra, además de convertirse en una alternativa libre de peaje a la AP-9.

En la visita, además del delegado del Gobierno, de la subdelegada en Pontevedra, Maica Larriba y del alcalde Lores, también estuvo presente el alcalde de Vilaboa, César Poza, quien agradeció que tanto el Ministerio de Transportes como la empresa adjudicataria estén siendo receptivos con las peticiones que está realizando el Concello para mejorar la obra y garantizar la permeabilidad entre ambos lados a su paso por este municipio.