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“Por Reina Victoria no pasa un alma; de noche eso es meterse en la boca del lobo”

Los vecinos afirman que la calle se ha convertido en un lugar inseguro desde su cierre al tráfico | “Los comerciantes estamos entrando en una situación límite”, advierten

Una vista de la calle Reina Victoria, cerrada al tráfico, a última hora de la tarde. | // GUSTAVO SANTOS

Desde que el gobierno local de Pontevedra cerró la calle Reina Victoria al tráfico “de noche por ahí no pasa un alma, da miedo; eso es meterse en la boca del lobo”, dice Pablo García, vecino y comerciante de la zona. El empresario –que ha acudido en representación de los pequeños negocios del barrio a las reuniones con el gobierno local y con los grupos de la oposición por este asunto–, advierte que la experiencia del primer mes de cierre de la calle ha demostrado “que la medida es irreal contra el Covid, indiferente para la actividad de la comunidad escolar del Sánchez Cantón, molesta para los vecinos y una verdadera ruina para los negocios”.

Este vecino y empresario asegura que las consecuencia del cierre sobre los comercios del barrio ya se ha notado. El corte de la calle, unido a la crisis económica y social que atravesamos, está “arruinando” a los pequeños negocios de la zona, en la que “muchos están pensando en tirar la toalla e irse”, afirma este comerciante. “Estamos en una situación límite”, subraya.

También la asociación de vecinos San Roque se declara contraria al cierre de la calle al tráfico. Cuando se puso en marcha la medida, el colectivo que preside Sabino Martínez vaticinó que el corte viario ocasionaría más problemas para una zona “ya afectada por el abandono” y un mes después los vecinos entienden que este temor se ha cumplido. Los vecinos entienden que la calle Reina Victoria ya era insegura por la noche antes de su cierre y que ahora “es un verdadero peligro”. Hay que recordar que este vial discurre entre la alameda, por un lado, y una guardería y un instituto de Secundaria, por el otro, en la que desde última hora de la tarde no hay actividad alguna. Ahora, al no pasar coches, tampoco hay un tránsito que acompañe a quien camine por estas aceras, oscuras desde la puesta del sol.

Las alternativas, el primer tramo de Palamios y San Roque de Abaixo, sin aceras y con escasos vecinos, no son opciones que mejoren la sensación de seguridad para deambular por la noche.

Por otra parte, Pablo García explica que los vecinos de la zona son testigos de que los estudiantes tampoco usan la calle desde su cierre. Entre otras cosas porque el recreo no existe y los chavales entran y salen en diferentes turnos, precisamente para no coincidir toda la población escolar en el centro en las mismas horas. Además, cuando se producen estas entradas y salidas los alumnos sigue cruzando por el paso de peatones, que es el camino más lógico para dirigirse hacia la alameda, o caminan por las amplias aceras que se dirigen desde el instituto hacia Rosalía de Castro o hacia San Roque, con lo que cerrar el vial con la excusa de evitar aglomeraciones de estudiantes “ha quedado desacreditada”, dice García. Este vecino asegura además que se ha puesto en contacto con la comunidad educativa del IES Sánchez Cantón y que le han asegurado que no fue el instituto el que pidió este cierre. El gobierno local lo anunció y ellos simplemente lo aceptaron.

Critican también que el gobierno municipal defendió la decisión argumentando que era una calle de tránsito de peatones, cuando la realidad es que hasta su cierre era una entrada principal a la ciudad, desde las carreteras de Marín y de Poio. “Ahora ya no viene nadie y nuestros clientes nos dicen que les es más fácil ir a comprar a Vilagarcía o a Vigo que meterse en Pontevedra”, se lamenta este comerciante. “Ellos siguen con el discurso de que a las tiendas se va caminando, pero es que a nosotros no nos compraba solo gente de Pontevedra, nuestros clientes venían de Poio, de Barro, de Lérez, de Pontesampaio... y ahora ya no vienen porque no se puede entrar en la ciudad”, afirma Pablo García. “Y por discrepar de esta medida el concejal nos llama Cayetanos, o que somos del PP; es una pena que no admitan ni una sola idea para mejorar las cosas”, concluye.

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