La Audiencia de Pontevedra juzgará desde el próximo martes y a lo largo de tres días a los tres acusados de intentar introducir cuarenta tabletas de cocaína a través del Puerto de Marín. El fiscal solicita para dos de ellos la pena para cada uno de 13 años y seis meses de prisión y multas de 10 millones de euros; mientras que para el tercer procesado la pena solicitada es de 10 años de cárcel de cerca de 4 millones.

Según el relato de hechos que hace el Ministerio Fiscal, Los procesados H.C.P., natural de Colombia; R.P.R. , vecino de Sanxenxo; y L.C.C., de Valga, en relación y coordinación con terceros cuya identidad no ha podido ser determinada, se concertaron en los meses de abril y mayo de 2017, para hacer llegar a Marín, a bordo de un buque mercante cuya ruta aprovechaban a tal efecto para ocultar su ilícita actividad, una partida de cocaína importada desde el otro lado del Océano Atlántico, que harían llegar a tierra empleando una embarcación propia de los procesados.

Sin embargo, en el caso de los referidos R.P.R. y L.C.C., su actividad dirigida al acopio y comercialización de diferentes partidas de cocaína, no se limitaba a la importación de la carga con la que H.C.P. llegó a España en mayo de 2017; sino que, como pudo evidenciarse en la tramitación de la presente causa, R.P., desde luego en los primeros meses de 2017 y hasta el mes de mayo de ese año, ya venía dedicándose a la distribución lucrativa de estupefacientes, cocaína pero también MDMA y cannabis; mientras que L.C., a pesar de la detención previa de H.C. y R.P. en el mes de mayo de 2017, continuó dedicándose a la misma tarea de procura de nuevas importaciones subrepticias e ilícitas de partidas de cocaína, hasta que fue detenido en fecha 6 de septiembre de 2018.

De este modo, en fecha 3 de mayo de 2017, merced a la labor de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil en Pontevedra, en colaboración con la Unidad Central Operativa y la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO), de la Comisaría de Pontevedra y el Servicio de Vigilancia Aduanera (DAVA), se conoció que el capitán del buque mercante denominado “Cap Beatrice”, con bandera de Liberia, cuando se encontraba navegando procedente del puerto de Cartagena de Indias, Colombia, con destino al Puerto de Marín, había detectado la presencia de un polizón en el interior de una de las grúas del buque, que portaba cincuenta y dos ladrillos de cocaína, entre otros efectos, motivo por el cual se procedió a su detención. El polizón era el procesado H.C.P.

La droga traída por H.C.P., se distribuía en cuarenta tabletas de cocaína con un peso de neto de 40.190,92 gramos y una pureza del 72,21%, con un valor en el marcado ilícito de 1.561.679,31 euros; cuatro tabletas de cocaína con un peso neto de 4.104,00 gramos y una pureza del 84,55%, con un valor en el mercado ilícito de 186.718,48euros; y ocho tabletas de cocaína con un peso neto de 8.048,8 gramos y una pureza del 56,46%, con un valor en el mercado ilícito de 244.533,43 euros.

Se detectaron el día 4 llamadas del acusado colombiano a los otros dos procesados. En las llamadas éste, creyendo hablar con H., le indicaba al agente autorizado para ello que cambiase la emisora a otro canal. R.P.R. navegaba a bordo de la embarcación Teresa, con la que se acercaba a las coordenadas preestablecidas de acuerdo con la organización en la que integraban su actividad los investigados, para llegar al punto en la ruta del Cap Beatrice en el que H.C.P. debía hacerle entrega de la cocaína, saltando él mismo del buque para ser recogido por la embarcación de R.P.R.

Los agentes arrojaron al mar dos bultos que simulaban la droga ya interceptada, recibiéndose nuevas llamadas de R.P. quien, de nuevo en la creencia de hablar con H. decía, “negro lánzate tú también al mar, que te recojo”. Instantes después se abordó la embarcación Teresa.