Vilaboa negocia con el Ministerio de Fomento los cambios necesarios en el proyecto de la A-57 a su paso por este municipio, para que la nueva autovía afecte lo menos posible a la calidad de vida de los vecinos. El Concello ya había enviado un escrito al ministerio con sus propuestas para el enlace de la autovía con la N-550. El departamento estatal ya ha aceptado la necesidad de cambiar la canalización de las aguas, para evitar que inunden propiedades colindantes en la parroquia de Bértola. Los desagües de la autovía se dirigirán ahora al río de Bois, que era una de las demandas del Concello.

Pero ahora el alcalde, César Poza, se ha puesto en contacto de nuevo con el ministerio para incluir en el proyecto pasos para peatones y vehículos agrícolas en algún punto de la autovía, para evitar que la infraestructura suponga una barrera para los núcleos habitados. El regidor socialista envió un documento con este planteamiento el pasado septiembre y si bien por el momento Fomento aún no ha aportado soluciones, el alcalde ve "buena disposición" en los responsables del ministerio para asumir esta reivindicación, igual que han hecho con las canalizaciones de aguas.

Poza asegura que el diálogo es "fluido" con el departamento que dirige José Luis Ábalos y que ha encontrado entendimiento en los responsables del proyecto para evitar que la nueva infraestructura suponga una barrera física para los núcleos habitados de Vilaboa.

En cuanto a las canalizaciones de agua, en un principio el proyecto derivaba las pluviales a un riachuelo secundario, por lo que los vecinos temían que cuando se produzcan grandes avenidas se inundarían las fincas colindantes. Atendiendo a esta reclamación, el ministerio traza ahora los desagües hacia el río de Bois.

El Concello de Vilaboa recuerda que la conexión de la autovía A-57 con la N-550 creará seis carriles de circulación que entre otros efectos "divide a los barrios", por lo que el alcalde considera imprescindibles pasos tanto para los vecinos como para los vehículos agrícolas.

En una moción aprobada por el pleno de la corporación municipal el año pasado, se proponía una mejorar la movilidad en este punto, que principalmente pasaría por crear al menos un paso elevado, como los que actualmente existen en Paredes y en Figueirido, pero con capacidad para vehículos agrícolas.

Seis carriles

El gobierno municipal que dirige César Poza entiende que el ministerio dispone aún de tiempo suficiente para incorporar estas mejoras al trazado final y recuerda a Fomento que si ya actualmente la comunicación es complicada entre ambos márgenes de la N-550, lo será todavía más una vez que se creen los seis carriles del entronque entre la A-57, la N-550 y la N-554. De no hacer este paso elevado, los barrios de Carballal y O Toural "quedarán aislados", advierten.

Además de permitir el tránsito de vehículos agrícolas este paso también mejoraría la movilidad de peatones y ciclistas. Los seis carriles que genera la nueva autovía circundarán además tres nuevas glorietas: la que se situará a la altura de O Toural (con accesos a los viales de servicios), así como dos rotondas más a ambos lados de la N-550, una de acceso a esta vía y otra hacia la entrada a la autopista AP-9.