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aNSELMO VILLANUEVA | Presidente de la delegación de Pontevedra del Colexio de Arquitectos de Galicia

"Hacer un nuevo PXOM tiene más justificación que nunca tras la pandemia"

El Colexio de Arquitectos de Galicia advierte de la necesidad de dotar a la ciudad de más suelo

El arquitecto Anselmo Villanueva, en su despacho de Marín. // Rafa Vázquez

Tres meses de encierro es tiempo más que suficiente para que uno piense sobre el espacio que habita y, para el Colexio de Arquitectos de Galicia (COAG), un motivo para analizar el pasado, presente y futuro de las ciudades en la semana que celebra el Día Mundial de la Arquitectura. Aunque el modelo de la Boa Vila, donde el peatón gana al coche, no ha tenido mayores problemas para adaptarse a la nueva normalidad, desde la delegación de Pontevedra, Anselmo Villanueva reflexiona si es suficiente. Con un Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) que vio la luz más de tres décadas antes de la llegada del virus, el arquitecto considera fundamental actualizar una herramienta obsoleta para habitar la ciudad de forma diferente, dando respuesta con más bolsas de suelo a las necesidades habitacionales que puso de relieve la pandemia.

-¿Cuál ha sido el cambio más reseñable de Pontevedra, desde el punto de vista de la arquitectura, en las últimas décadas?

-La humanización, ese término tan manido que se utiliza para hablar de ciudades amables. Las ciudades cada vez son más amables para sus habitantes y son más hostiles para los coches. Aquí se le da más importancia al ciudadano que a la máquina.

-El último ejemplo, aunque excepcional, es el corte de tráfico en Reina Victoria para que los alumnos del instituto ganen espacio en tiempos de Covid-19.

-Desconocía el motivo, pero me parece que es una muy buena medida. Estas épocas pueden servir para experimentar esos cambios de utilización de los espacios.

-Pese a que el modelo de Pontevedra ya goza ahora de ese reconocimiento internacional de ciudad amable, ¿la pandemia nos está enseñando que todavía tiene retos que enfrontar en ese sentido?

-Pontevedra tiene muchos retos por delante. Uno de los más importantes es el casco antiguo y otro el crecimiento urbanístico de la ciudad, que tiene que afrontar con la redacción de un nuevo PXOM. Todo esto redunda en el modelo de ciudad que está buscando la ciudad: si con el que tiene ahora mismo se agota la capacidad de crecimiento, lo único que le queda es la decoración urbana. Eso son meras actuaciones de maquillaje, cuando lo importante, el reto, es enfrontar un modelo de ciudad con un nuevo planeamiento urbanístico.

-¿Por qué considera fundamental la redacción de un nuevo plan? ¿No hay espacio para crecer con en el actual?

-Hay que dotar a a la ciudad de nuevas zonas de crecimiento porque algunas ya están muy constreñidas. El suelo urbano es el que es, pero lo que cabría es ampliarlo para poder construir nuevos tipos de edificaciones. Apelamos a que vivimos una ocasión única para promover nuevos tipos de viviendas donde las personas se puedan relacionar entre ellas y apoyarse en situaciones difíciles.

-¿Supone el Covid-19 un punto de inflexión en la arquitectura de las ciudades?

-Siempre lo suponen las crisis. Después de la el 2008 se cambió la conciencia y empezó a primarse la rehabilitación para mejorar la eficiencia energética. Ahora vuelve a cambiar el paradigma. El coronavirus nos obligó a estar en nuestras viviendas durante muchos días sin salir y eso nos dio tiempo a repensar sobre le lugar en el que vivimos. Hacer un nuevo PXOM tiene más justificación que nunca tras la pandemia. Aunque el Concello dice que hay solares libres, las bolsas que quedan son pocas y están pensadas para un tipo de vivienda convencional, pero nosotros apelamos a dotar de suelo a la ciudad de forma que las propias administraciones se tengan que implicar en la propiedad del suelo y se de acceso a un conglomerado de construcciones que permitan una nueva forma de habitar.

-¿Se atreve a aventurar cómo?

-Es un concepto difícil de explicar y a la vez interesante. En realidad, el Covid-19 viene a agilizar un proceso que no es nuevo, a meternos el dedo en el ojo con todo esto. Va a haber nuevas formas de habitar las ciudades, no como ocurre en las viviendas tradicionales. Se va a compartir más. Desde el sector intuimos este cambio y ya lo estamos viendo a través de algunos movimientos sociales y por compañeros.

-¿Un espacio que permita una vida en comunidad?

-La clave va a ir por ahí. Esto no es nuevo y hay ejemplos de otras formas de habitar en países nórdicos y centroeuropeos. Llevado a nuestra forma de entender la vida, sería un éxito asegurado

-¿Está Pontevedra prepara para verlo?

-Es una labor que tiene que partir de los ciudadanos, pero en la que se deben implicar todavía más las administraciones. El paradigma va a mudar tanto que va a cambiar el concepto de propiedad del suelo. La gente ve que ya no necesita tanto ese piso que le vendieron como el apartamento de tu vida donde invertir todos sus ahorros; necesita un espacio privado, pero también una mejor relación con el espacio exterior y con los demás, incluso un espacio donde trabajar.

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