El gobierno local de Pontevedra cerrará al tráfico la calle Alfonso XIII para dar espacio al recreo del colegio Froebel. La medida también podría beneficiar al cercano colegio de las Doroteas, si bien ayer no se había planteado el asunto a su dirección.

El cierre total de la calle se producirá durante el recreo escolar, es decir de 11.30 a 12.15 horas. En el resto de la jornada solo permanecerá cerrado el tramo más próximo a Concepción Arenal, de modo que los residentes de Alfonso XIII podrán entrar y salir solo por la zona más próxima a Echegaray. Pero los vecinos tendrán el acceso restringido para entrar o salir de sus garajes en el horario de recreo.

El Concello ha trabajado en este proyecto por ahora solo con la dirección del CEIP Froebel, que presentará el proyecto a la Xunta de Galicia, como administración responsable del centro. Una vez que la dirección del colegio plantee la iniciativa a la Consellería de Educación, y ésta solicite el espacio al Concello, se cortará la circulación en Alfonso XIII en el tramo más cercano a Concepción Arenal. El tráfico de residentes podrá acceder a la calle solo desde Echegaray y saldrá por el mismo sitio, con doble sentido de circulación. Para ello se suprimirán los actuales aparcamientos de la zona de servicio. Tras analizar cómo evoluciona la medida -explicó el concejal de Obras Urbanas Demetrio Gómez- se irá adaptando el cierre viario a las necesidades.

Para hacer efectiva la prohibición se instalarán bolardos, como se ha hecho en Reina Victoria para dar espacio al instituto Sánchez Cantón.

El gobierno local no descarta tomar más medidas similares con otros colegios del municipio y en este sentido el concejal admitió que otros centros ya se han interesado por la iniciativa.

Demetrio Gómez explicó que ante esta situación de pandemia sanitaria "en los colegios se están tomando medidas realmente muy radicales que afectan a la enseñanza, a la educación, al trabajo de los docentes y también al desarrollo de los niños, porque en algunos casos hay limitaciones muy graves para los juegos de los niños". Y estas limitaciones señaló los centros escolares que no disponen de un patio de juego suficiente para el distanciamiento de los pequeños.

Esta solución para utilizar la calle como patio sería similar a la adoptada con el colegio de Barcelos.