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Luto en la marcha nocturna de Sanxenxo

La Noche, abierto desde 1992, cierra sus puertas por la situación actual

Gonzalo Pardo en el local de La Noche. // Rafa Vázquez

Portonovo se despide de uno de los locales más míticos de su época dorada, donde la fiesta se daba cita verano tras verano en el pueblo pesquero. Y es que el local nocturno La Noche, el último que queda abierto de aquella época, cierra sus puertas sin saber si las volverá a abrir o cuándo. Desde 1992 La Noche ha vivido las aventuras de vecinos y turistas en sus dos pistas de baile, pero la situación derivada de esta pandemia ha llevado a su gerencia a tomar esta dura decisión.

Gonzalo Pardo, gerente del pub, explica que la situación es insostenible y no le queda otra salida. Cuenta que ha puesto todo de su parte, adaptándose a las medidas necesarias poniendo mesas en la pista de baile, con dos tercios del aforo, dosificadores, y con personal controlando el uso de las mascarillas dentro y fuera del local. Sin embargo explica que hay un control "abusivo" de las fuerzas de seguridad sobre el local, llegando a hacer sentir incómodos a los clientes.

"Cada vez nos hemos sentido más presionados, vienen cada fin de semana y actúan de una manera un poco abusiva. Llegan, aparcan delante y ponen a cuatro agentes delante de cada local. Entraban un poco a empujones con los clientes que estaban en la puerta para entrar y a veces entre ellos mismos discuten entre sí o te dan indicaciones contradictorias", explica Pardo.

"En un momento dado de la noche, comienzan a pedir el documento de identificación a la gente y dejan de venir porque no se sienten a gusto", se queja. "Si voy a un local todas las noches y siempre está la Guardia Civil en la puerta entrando, registrando a todo el mundo...No vuelves a ir. Nos comentan que prefieren ir a otras zonas de fiesta donde no hay ese control", explica este empresario.

Pardo entiende que es obvio que debe haber un control, pero cree que este debe ser un trabajo de equipo: "Ni solo nuestro ni de ellos solo. Pero la situación es muy complicada y no se puede hacer más difícil de lo que ya es".

Y es que la situación también es difícil para los trabajadores: "No puede caer en mí la responsabilidad de que tú te pongas la mascarilla dentro del local o no. Porque no puede ser que estés recordándole al cliente que se la tiene que poner, te gires para avisar a otro, y ya te la hayas quitado. Es una presión que cae sobre mí y es injusta. Tenemos cartelería con todas las normas. Nosotros tratamos de hacer las cosas bien", defiende.

Además critica que estos comportamientos hacen que la gente se vaya a otras zonas o se incrementen los botellones, como se quejan los vecinos de Sanxenxo.

Ante esta situación La Noche cierra sus puertas teniendo que despedir así a siete trabajadores apenas un mes después de abrir. "Cerramos esperando a ver qué pasa, cómo van sucediendo las cosas. Esperaremos a que haya una vacuna porque así no se puede... No es sostenible abrir porque aunque el aforo sea menor los gastos son los mismos y no hay bonificaciones que ayuden", sentencia Pardo.

El empresario tiene otros locales de ocio nocturno en diferentes municipios que también se plantea cerrar. Y es que esta situación no es única y son muchos los locales nocturnos que, pese a adaptarse a la situación actual con otros horarios o diferentes modelos de negocio, se ven abocados al cierre.

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