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Los hoteleros estiman que la caída del sector puede ser del 50% respecto a 2019

Reservas de última hora con cortas estancias y de turismo de cercanía es la tónica de este mes. Prevén más ocupación en agosto, aunque las cancelaciones son muy flexibles

Una pareja de turistas llegando a un hotel del centro de la capital. // Rafa Vázquez

Agradecidos porque no sabían qué podían esperar de este verano inusual y con mucha incertidumbre con respecto a las próximas semanas. Así afrontan los hoteleros de Pontevedra y Sanxenxo la última semana de un mes de julio que poco o nada tiene que ver a lo que suele significar este mes y que se asemeja más al inicio de la temporada.

La presidenta de la Asociación de Hoteleros de Pontevedra, Paula Lourido admite que han ido aumentando los clientes a medida que avanza este mes de julio, aunque todo funciona "muy despacio". "Estamos contentos porque no sabíamos cómo iba a ser y se ve que la gente está respondiendo", reconoce, aunque la esperanza está puesta en el mes de agosto y todo funciona a golpe de reservas de última hora.

Por su parte, Alfonso Martínez, presidente del Consorcio empresarios turísticos de Sanxenxo reconoce que "la ocupación va muy por debajo del año pasado, también hay que tener en cuenta que 2019 fue uno de los mejores años y llevábamos cuatro o cinco años en ascenso", apunta.

Por norma general las reservas son de estancias cortas, que se concentran mayoritariamente entre jueves y domingo, alargando el fin de semana, siendo el sábado el día más demandado, para aquellos visitantes que solo pernoctan una noche. Los lunes, martes o miércoles son los días con menos afluencia. Julio siempre se ha caracterizado en el sector por demandar estancias más cortas que agosto, pero este año esta tendencia aumenta aún más.

En cuanto a la clientela abunda el turismo cercanía con muchos visitantes del interior de Galicia e incluso del norte, así como de Asturias, Castilla y León o Madrid. Visitantes que viven a tres o cuatro horas en coche del destino.

"La gente que repite y viene un fin de semana y el siguiente también", señala Martínez. La primera semana del mes fue la más "floja" en este sentido, pero recuerdan que los establecimientos aún estaban abriendo y adaptándose a las nuevas normativas.

"Bajo mi perspectiva la primera quincena de julio se comportó como suele funcionar junio otros años. Va poco a poco, la gente va arrancando, viene solo los fines de semana" señala el presidente del CETS, que a falta de los datos oficiales de ocupación, estima que la caída del sector puede ser de un 50% con respecto al año pasado.

Como todos los años la segunda quincena está funcionando mejor y la gran esperanza está puesta en agosto. De momento los empresarios señalan que hay más reservas y con estancias más largas, pero esto no les da plena seguridad. Martínez apunta que "son reservas que no tienen garantía en la mayoría de los casos porque este año las políticas de cancelación en todos los establecimientos abogan por cancelar casi encima de fecha". Desde luego este no es un año normal y por ello prefieren no aventurarse a valoraciones e ir día a día. Una lástima para el sector que señala que con este buen tiempo, si no existieran estas circunstancias, 2020 sería un año de récord.

Septiembre

Curiosamente las reservas también aumentan para septiembre, con más antelación incluso que otros años. "La primera quincena de septiembre en los últimos años se trabajaba casi como agosto, no con las mismas agosto, pero sí con las de julio, siendo una temporada media alta", indica Martínez. Desde el CETS destacan que Sanxenxo lleva "unos años de septiembres muy buenos con una ocupación mayor a la primera quincena de julio incluso", pero recuerdan que la incertidumbre continúa a la espera de ver cómo avanza la situación sanitaria.

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