La necesidad de contar con datos fidedignos sobre el estado de los recursos, en este caso la cigala, llevó en 2019 a la Organización de Productores de Pesca del Puerto y Ría de Marín (Opromar) a desarrollar y presentar a las autoridades una campaña de investigación científica para conocer el índice de abundancia real de este crustáceo en una zona muy concreta: del Cabo Fisterra hasta la frontera con Portugal.

De esta forma nació GALNEP, que tiene como objetivo arrojar un poco de luz en la oscuridad que rodea al estado de la cigala. Una especie sobre cuya abundancia existe una gran disparidad entre los datos que maneja Bruselas y los que tiene el sector pesquero. Por ello, teniendo en cuenta que el ICES valorará los datos si hay un histórico de al menos varios años y un organismo científico que los avale, es por ello por lo que Opromar ha puesto en marcha GALNEP20, una nueva campaña de investigación que es continuación de la ya desarrollada en 2019.

Los armadores de Marín cuentan con el apoyo del Instituto Español de Oceanografía, que aporta su experiencia, los datos sobre la cigala obtenidos en estudios anteriores y un observador científico. A bordo del "Nuevo San Cibrán", el investigador del IEO será el encargado de supervisar los lances y analizar los datos que arroje cada uno de ellos, teniendo en cuenta que se harán un total de 43 a lo largo de los 11 días que dura la campaña.

La misión, que comenzó en la madrugada del pasado viernes, tiene entre sus retos obtener el índice de captura por unidad de esfuerzo (CPUE) que pueda ser empleado posteriormente como referente de abundancia de la población de cigala en la UF26. También se estudiarán las tallas por sexos, la proporción de sexos de las capturas y las tasas de descarte, al tiempo que se capturarán ejemplares para el muestreo biológico en el laboratorio. Cada uno de los lances que se realicen desde el "Nuevo San Cibrán" tendrán una duración de dos horas de pesca efectiva y se realizarán entre el amanecer y el anochecer, ya que los investigadores aseguran que los análisis nocturnos, por los propios hábitos de la cigala, no serían efectivos.