Fue el mayor despliegue de las Fuerzas Armadas en tiempos de paz en España. Una media diaria de 550 intervenciones en toda España y más de 7.800 militares que fueron movilizados al día, para un total de 20.002 actuaciones a lo largo de todo el territorio nacional. La Operación Balmis que pusieron en marcha las Fuerzas Armadas supuso todo un desafío en cuanto a medios materiales y humanos y la Brilat jugó una parte fundamental en todo este gigantesco operativo para luchar contra la expansión del coronavirus, especialmente en el noroeste peninsular, en donde tiene sus tres bases: Pontevedra, Siero (Asturias) y Santovenia de Pisuerga (Valladolid).

En lo que respecta a la Brigada Galicia VII, sus cifras también demuestran el importante esfuerzo realizado durante los 98 días que duró el operativo militar, que finalizó el 20 de junio con el final del estado de alarma. Según explican desde la base General Morillo de Figueirido, durante estos tres meses se movilizó una media de un centenar de hombres cada día desde los tres acuartelamientos para atender a cada una de las misiones que recibían desde el Mando de Operaciones y desde la Subdelegación del Gobierno. Cada día, salían de las bases una media de 42 vehículos militares.

Se trató, principalmente, de tres clases de operativos distintos. En primer lugar la desinfección de infraestructuras denominadas "críticas" o sensibles por el gran volumen de gente que las utilizaba o por ser sus usuarios personal de riesgo. Así, por ejemplo, la Brilat realizó 220 desinfecciones, incluyendo desde pequeños centros de salud en localidades como Cotobade a grandes hospitales como Montecelo. Pusieron especial atención también las peticiones que llegaban de residencias de la tercera edad.

Otra de las labores que le fueron encomendadas fue el apoyo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la vigilancia del cumplimiento del confinamiento decretado por el Estado de Alarma. Así, colaboraron con policías locales, Nacional y Guardia Civil en las labores de control de movilidad de la población para que se guardase la cuarentena en los momentos más duros de la pandemia. Según explican desde la base de la Brilat, se realizaron más de 300 patrullas durante las semanas de confinamiento.

La tercera tarea fue la vigilancia fronteriza entre Galicia y Portugal, que permitió liberar los medios policiales que se desviaban para controlar el cierre de las fronteras entre ambos países hasta su reapertura. Por último, fue relevante también la labor que se realizó en el hospital HUCA de Oviedo, en donde durante 99 días la Brilat instaló un pequeño hospital de campaña en el que se realizaron labores de triaje con los pacientes que llegaban al centro sanitario.

En total, la Brilat llegó a un total de 150 localidades, principalmente de Galicia y Asturias, con estas intervenciones. Desde la base General Morillo destacaron y agradecieron la buena acogida y el cariño con el que fueron recibidos en todas ellas, especialmente en instalaciones como las residencias de ancianos o en la prisión de A Lama, en donde se vivió un momento emotivo con el aplauso de los internos a los militares que llegaban a realizar las labores de desinfección del centro penitenciario pontevedrés.