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Los bañistas "pasan" de las parcelas en Silgar

Los usuarios del arenal optan por guardar las distancias, pero no utilizan estos espacios de seguridad organizados por el Concello

Los bañistas "pasan" de las parcelas en Silgar

A un día de la llegada de los turistas y con la playa de Silgar parcelada con estacas hay varias incógnitas todavía por resolver. Llama la atención que los usuarios del arenal optan por guardar la distancia de seguridad, pero huyen de las parcelas instaladas que se muestran completamente vacías, a la espera de que el Concello haga cumplir la orden de ocuparlas, que anunció para la pasada semana.

El arenal se ha dividido en cinco sectores para acoger un aforo de unas 2.400 personas, pero lo cierto es que son muchos los vecinos y visitantes que estos días llegan a Sanxenxo y se preguntan qué sucederá con toda la playa que queda por ocupar, especialmente cuando la marea está baja.

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Los bañistas "pasan" de las parcelas de Silgar

La pasada semana se vió que con las mareas vivas, la bajamar dejaba una distancia de un centenar de metros durante medio día entre las estacas y la orilla, un espacio que en principio quedará sin ocupar, al igual que las esquinas de la playa, lo que supone otro centenar de metros, amén de las franjas ya establecidas.

Lo cierto es que la principal playa urbana gallega, con el fin de dar la imagen de seguridad tendrá más de la mitad de su espacio, bien por la mañana o tarde en función de la marea, sin bañistas, al menos según lo anunciado en su día.

La polémica nacerá si las parcelas se llenan, como será lo lógico, y los bañistas tienen que esperar en el paseo a que les llege su momento de acceder al arenal, mientras ven media playa sin uso.

Este es un asunto que el propio gobierno local debería explicar con más detalle para evitar malos entendidos y más que probables broncas cuando los usuarios con niños y personas mayores se les haga eterna una espera al sol en el paseo.

La elogiable intención del Concello de dotar de seguridad al bañista puede volverse en su contra, como ha ocurrido con la extensión de la arena en la zona próxima a la avenida de Madrid, que la pleamar de las mareas vivas de la pasada semana se encargó de volver a inutilizar.

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