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Conciliar: misión imposible

Las familias, desesperadas ante el cierre de las escuelas infantiles hasta septiembre

Imagen de archivo en la escuela infantil de A Parda. // Gustavo Santos

"No tengo con quién dejar al niño hasta septiembre. Yo no puedo decirle a mi jefe que no voy a trabajar esos meses, porque llegaré y me dirá que no va a echar a quien ha estado trabajando mientras yo no lo hecho por cuidar a mi hijo", esta es la desesperación que le traslada una madre soltera con un bebé de seis meses y con sus padres en otra ciudad a Anabel Iglesias, directora de la Escuela Infantil Trastos. Una desesperación que se agudiza en las familias después de que la Xunta de Galicia anunciara ayer que estos centros no abrirán hasta el mes de septiembre.

Poco se está hablando en esta pandemia de conciliación. Padres y madres han tenido que trabajar desde casa mientras cuidaban y revisaban deberes con sus hijos, ahora que se incorporan a su puesto de trabajo no saben qué hacer. Los abuelos no es una opción para todas las familias, y aunque así fuera, no hay que olvidar que forman parte del grupo de riesgo.

El gobierno gallego ha anunciado unas ayudas de 500 euros al mes a las familias para contratar un cuidador, así como para las escuelas infantiles. Las bases de estas ayudas no se conocen aún, aunque los progenitores deberán trabajar fuera de casa y los ingresos no podrán superar los 806 euros por cada miembro de la unidad familiar.

Rocío López, directora de la Escuela Infantil Chiquis tiene miedo de la competencia de los cuidadores y de que los padres no quieran volver a las escuelas por miedo. Además se pregunta si se reducirá el aforo en las aulas en septiembre y señala que esto implicaría mantener los mismos gastos con menos ingresos. En mitad de un ERTE que acaba el 30o de junio, esperaba poder abrir con medidas de seguridad y se pregunta qué ocurrirá con sus trabajadoras.

"Ya me han llamado padres preguntando qué íbamos a hacer, cómo van a hacer, ellos y si podríamos dar el servicio de cuidadoras individuales", señala Iglesias. "Los ERTEs se acaba, los padres vuelven al trabajo y los niños no tienen con quién quedarse. La ayuda es de 500 euros y si contratar a una persona por horas es mucho más caro que una escuela infantil. Una persona por cuidar a un niño cobra mínimo 6 euros la hora, por un mínimo de ocho horas al día... Al final casi no te vale la pena trabajar, pero tienes que hacerlo", reivindica la directora, que señala que este tipo de trabajos suelen cobrarse en b.

Desde las escuelas creen que no se piensa demasiado en la conciliación, entienden que el distanciamiento a unas edades tan tempranas es imposible, pero no comprenden cómo se abren los bares y no estos centros que son clave en la conciliación.

Incertidumbre

Tania Laiño es autónoma y estaba esperanzada a que abrieran las escuelas en verano. "Mi marido comienza el lunes a trabajar con jornada partida, tenemos una empresa de jardinería y no tenemos mucho margen y es imposible conciliar", comenta. En su caso el teletrabajo es imposible y cuenta que, hasta ahora su marido se quedaba por la mañana en casa con el pequeño, "yo venía antes de trabajar y luego iba él, y reducíamos la jornada de trabajo, pero ahora no sabemos cómo vamos a hacer. Además unos abuelos están lejos y los otros están trabajando... Habrá que ir pidiendo favores por la familia o no sé, habrá que contratar a alguien" exclama.

Esta madre no contempla la posibilidad de tener vacaciones este verano "hay mucho trabajo atrasado", señala. Recuerda que un niño con dos años reclama muchos cuidados y no puede quedarse a cargo de cualquier persona.

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