La mortandad de numerosos peces que han aparecido flotando en aguas del río Lérez ha llevado a la Guardia Civil a abrir una investigación. Los primeros peces muertos, según los agentes del Instituto Armado que acudieron a analizar la situación, fueron avistados el pasado 1 de mayo. Debido al gran caudal del río por las lluvias y la acción de las mareas, los peces se dispersaron por todo el tramo final del río.
Agentes del Seprona, un equipo de guardias civiles expertos en temas medioambientales, recorrieron e inspeccionaron el tramo del río pero no encontraron rastro alguno de vertidos tóxicos ni evidencias de que hubiera ocurrido en otro momento, ya que de ser así habría afectado a toda la fauna. A pesar de ello, los agentes tomaron muestras de agua para analizarla.
La investigación de la Guardia Civil concluye que la mortandad fue selectiva y no afectó a la fauna piscícola fluvial sino tan sólo a especies marinas. Resultó afectada fundamentalmente la especie conocida como salpa o salema, que normalmente se desplaza en grandes bancos por la parte del río de agua salobre.
La Guardia Civil asocia este episodio, por analogía, con algo similar ocurrido en marzo pasado, en ambas ocasiones coincidiendo con un momento de abundantes lluvias. Los expertos del Seprona no descartan la posibilidad de que obedezca a un fenómeno natural como una bajada repentina y puntual en la salinidad de agua.
