"Jamás. En toda mi vida he participado en los maios, pero basta que no se celebre para que sientas nostalgia", explica el historiador Leoncio Feijoo, uno de los vecinos de Pontevedra que ayer colaboró para mantener la tradición a pesar del confinamiento. Fieltros, palos de escoba o tuberías sustituyeron en muchos casos a las ramas y flores y sirvieron para elaborar estructuras semejantes a las vegetales que compiten cada año en el popular concurso de la plaza de A Ferrería.
En la calle Arzobispo Malvar los vecinos de una veintena de viviendas repitieron su animada fiesta, y en esta ocasión colgaron de sus balcones imágenes de coroas y guirnaldas que han competido otros años en el concurso. No se olvidaron de las coplas, que tampoco faltaron en la celebración oficial organizado por el Concello.
Éste programó una cita digital en la web municipal pontevedra.gal con vídeos, textos e imágenes facilitadas por las entidades que cada año colaboran en la fiesta. También con la Benvida ao Maio de Ramón Rozas y la copla de Xosé Carlos Morgade (letra) y Álvaro Novegil (música), entre otros contenidos.
Horas después dieron comienzo los más singulares Cantos de Varanda, una versión para el confinamiento de los Cantos de Taberna. La asociación Maravallada promovió este encuentro en el que a través de un enlace de YouTube los pontevedreses pudieron acompañar al grupo musical cantando a través de sus móviles y tablets.