-Ansiedad o estrés son algunas de las consecuencias que puede provocar el hecho de que las personas se vean aisladas en estos momentos, ¿cree que a posteriori se pueden desarrollar diversas patologías relacionadas con la salud mental? ¿Se podría registrar un incremento en la necesidad de acudir a los gabinetes psicológicos?

-Es difícil pronosticarlo, porque no sabemos cuánto tiempo se va a prolongar esta situación de cuarentena ni cómo va a ser lo que venga después, cuando termine todo, pero yo pienso que sí, que la población va a necesitar atención psicológica también a posteriori.

Creo que, por una parte, todos aquellos trastornos mentales que están activos ahora mismo con esta situación se están agravando, al igual que determinados problemas de relaciones sociales activos, que se están viendo agravados. Esto, de alguna manera, va a llevar a que la atención psicológica sea algo inevitable en cuanto todo termine y pienso que habrá una demanda importante por parte de la sociedad.

Es difícil calcular la magnitud y la repercusión que alcanzará a nivel psicológico y emocional la pandemia del coronavirus, pero me temo que sí se registrará un incremento importante en la necesidad de atención psicológica, y precisamente por este motivo decidimos poner en marcha el servicio de atención psicológica y social desde la Fundación Meniños, porque ya estamos viendo que las familias a las que prestamos asistencia ya se están desgastando, a medida que pasan los días, porque al final los recursos se van agotando y cada vez nos notamos más saturados.