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Desde depresión y culpa hasta problemas de comunicación

La Asociación Gallega de Jugadores de Azar (AGAJA) recuerda que la ludopatía es una alteración progresiva del comportamiento "por la que el individuo siente una incontrolable necesidad de jugar (juegos de azar), menospreciando cualquier consecuencia negativa". "Se trata de una adicción donde no se consume ninguna sustancia, aunque a veces va acompañada de otras sustancias como tabaco, alcohol o drogas", añade el colectivo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce la ludopatía como una enfermedad dentro de los trastornos de los hábitos y del control de los impulsos.

Las principales consecuencias son la apatía y depresión, la baja autoestima, el sentimiento de culpa, la tensión, ansiedad, irritabilidad e incluso ideas suicidas.

En el área familiar se producen mentiras constantes y es habitual un clima de desconfianza, así como el deterioro de la comunicación. Por su parte, en el área económica, se dan deudas cuantiosas y el incumplimiento de pagos y el empobrecimiento paulatino.

A nivel social también hay consecuencias claras, como el aislamiento, ausencia de aficiones, hobbies y la desvinculación de las amistades, pérdida de relaciones.

La disminución de atención y concentración, caída del rendimiento laboral y la pérdida de oportunidades y promociones son los principales daños en el ámbito laboral. También los hay a nivel lega: comisión de actos fuera de la ley, robos y hurtos y, en algunos casos, problemas judiciales graves.

La falta de apetito, los dolores de cabeza, estómago, nuca, etc... completan este panorama en la persona enganchada al juego.

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