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Fisioterapia contra el linfedema

Una veintena de personas del área de Pontevedra y O Salnés se beneficiaron de un convenio de la AGL

Una fisioterapeuta especializada da un masaje a una paciente en una pierna. // FdV

Dos de cada cien personas del área sanitaria de Pontevedra y O Salnés sufren un linfedema, una enfermedad incapacitante que con un tratamiento adecuado puede llegar a prevenirse.

La fisioterapia juega un papel fundamental en su prevención, pero son muy pocos los pacientes afortunados que tienen acceso a las sesiones pertinentes a través de la sanidad pública. Además, cuando es así, no es estable en el tiempo, por lo que la enfermedad termina apareciendo.

Para lograr minimizar el número de casos, la Asociación Galega de Linfedema, Lipedema, Insuficiencia venosa crónica y otras patologías vasculares periféricas (AGL) ha desarrollado a lo largo de este año un proyecto de fisioterapia especializada en el tratamiento de linfedema y lipedema. Se beneficiaron 90 personas de diferentes puntos de Galicia, 20 del área de Pontevedra y O Salnés.

"A través de este servicio, lo que pretende la entidad es mejorar las capacidades de las personas que tienen estas patologías, con el fin de facilitarles su autonomía personal a través de la integración social y laboral", asegura María Araújo Rey, trabajadora social de la asociación.

El linfedema es una alteración del sistema linfático, por lo tanto se puede considerar una enfermedad grave, crónica y progresiva, de evolución lenta. Generalmente, afecta más a las mujeres que a los hombres. Ellas representan más de la mitad de los casos. Uno de los motivos principales es que es una de las consecuencias de la extracción de los ganglios linfáticos, linfedenectomía, que se realiza durante el cáncer de mama en la zona de la axila.

En la actualidad no existen fármacos o intervenciones quirúrgicas eficaces. "Está demostrado que lo más efectivos para evitar que la dolencia empeore es el tratamiento fisioterapéutico especializado", recuerda la asociación.

El programa de la AGL se desarrolla en Pontevedra, Vilagarcía, Vigo, A Coruña, Santiago de Compostela, Ferrol, Baio, Culleredo, Lugo y Ourense.

"Lo hemos hecho a través de un convenio a nivel gallego con clínicas privadas, por lo que a los usuarios les sale las sesiones mucho más económicas que si fuesen por su cuenta", informa María Araújo.

La capacidad de la asociación ha permitido que en toda la comunidad gallega hayan utilizado este servicio cerca de un centenar de personas, 20 de Pontevedra y Vilagarcía, pero la demanda es mucho mayor.

La AGL inició este programa especializado de fisioterapia en el año 2015, con el fin de cubrir las necesidades en este sentido de las personas que sufren linfedema, preferentemente mujeres, en el rural. "Este servicio, llevado a cabo por profesionales especialistas, pretenden reducir los efectos incapacitantes de esta enfermedad, favoreciendo la autonomía personal, las posibilidades de integración sociolaboral y la mejora de la calidad de vida", resume el colectivo.

El linfedema puede ser consecuencia de enfermedades como el cáncer, pero también existen los linfedemas primarios, heredados o congénitos.

Una de las principales consecuencias es la hinchazón de las extremidades, en el caso del cáncer de mama, del brazo. También en otros casos, de las piernas, dando lugar a lo que se conoce como "elefantiasis". Puede suponer un grave peligro para la salud por el riesgo de trombosis.

Retraso en el diagnóstico

"El problema en la sanidad pública es que tardan en diagnosticarlo. El paciente pasa por Atención Primaria y lo ideal es que vaya al cirujano y le deriven a Rehabilitación", indica la trabajadora social de la AGL.

En el caso del Complexo Hospitalario de Pontevedra, CHOP, hay una médica específica de linfedema y una rehabilitadora fisioterapeuta. "Son solo dos para toda una área sanitaria, lo que da lugar a que no se trate a todo el mundo", se lamenta MaríaAraújo.

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