Pontevedra ha recuperado su otoño y su carácter atlántico en estos dos últimos meses. Noviembre ha finalizado como el mes más lluvioso de 2019, con un total de 383,6 l/m2 acumulados. Y es que apuntaba maneras. En tan solo quince días los registros de la estación de Meteogalicia en Campolongo ya batían la marca de todo el mes de octubre.

Este pluvioso otoño no solo se ha notado en las calles sembradas de paraguas y botas y los cielos grises. Los ríos han experimentado espectaculares crecidas: si antes sus aguas discurrían calmas ahora han tornado su carácter en aguas bravas.

Así ocurre con el río Os Gafos a su salida a la superficie tras el tramo soterrado en Campolongo. El rugido de sus aguas advierte de una corriente desbocada que desciende con ímpetu hacia el mar. El arroyo presenta desde hace días un caudal máximo, en algunos lugares a punto de rebasar sus orillas. Esto podría ocurrir de continuar lloviendo con la misma intensidad y coincidir los momentos de más agua con la pleamar.

En las mediciones que ocasionalmente realiza la asociación Vaipolorío se han contabilizado hasta 300 litros por metro cuadrado en el mes, mientras que las mediciones oficiales ofrecen precipitaciones de hasta 69 litros en 24 horas, lo que supone prácticamente el máximo de caudal que puede asumir el río antes de rebosar sus orillas.

Desde el colectivo ecologista apuntan que las actuales crecidas durarán más días, incluso aunque se interrumpan las lluvias en los próximos días, dado que el Gafos es el canalizador de toda el agua que procede de los montes y de los manantiales de cotas más altas, por lo que se prevé que mantenga un nivel muy alto.

Lérez, Verdugo y Umia, bajo vigilancia

5

El Lérez, bajo vigilancia por riesgo de inundación

El domingo el Lérez se sumaba a la lista de ríos en observación debido al riesgo de inundaciones. Pocos días antes, el Verdugo y el Umia se ponían bajo vigilancia debido a sus crecidas.

Desde la Dirección Xeral de Emerxencias e Interior de la Xunta alertan que estos cauces podrían experimentar subidas repentinas de caudal y desbordamientos "puntuales" de terrenos, espacios urbanos y propiedades próximos. Por ello, el 112 insta a la población a reducir los riesgos, abandonando las actividades en esos espacios, retirando los vehículos del margen de los ríos y evitando atravesar puentes o torrentes.