La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra acogió ayer el inicio del juicio al excontable de la Cofradía de O Grove, Fabricio F. A., acusado de un delito de malversación de caudales públicos por apropiarse, según las acusaciones, de unos 580.000 euros del pósito.

Esta primera sesión se consumió en las labores de selección del jurado popular que juzgará el caso, en la presentación de las posiciones preliminares de la partes y en escuchar al acusado únicamente para reconocer los hechos pero con un gran matiz. Y es que Fabricio F. A. tan solo se responsabiliza de parte del agujero económico detectado en el pósito meco. El acusado no llegó a declarar dado que la vista oral se retomará con su interrogatorio mañana mismo. La defensa también pone en duda que esta persona ejerciese como contable de la entidad, dado que lo señala como un mero auxiliar administrativo que es la categoría profesional que figura en su contrato.

La Fiscalía solicita una pena de seis años y un día de prisión para el acusado a quien reconoce además un trastorno de ludopatía que, reconoce, "afectaba al control de sus impulsos". El representante del Ministerio Público ya alertaba a los miembros del jurado que habían tenido "mala suerte", puesto que les espera una tarea "ardua" en un juicio "difícil, aburrido y tedioso" en el que los números mandan. No obstante, también les adelantó que "la buena noticia" es, precisamente, que si hay un testigo que siempre "dice la verdad" a un tribunal son las "matemáticas" y que son los propios números, "elocuentes y transparentes", los que permitirán arrojar luz sobre el caso.

En el juicio también se presentó la acusación particular, que ejerce la Cofradía San Martiño y cuyo abogado señaló que representa a los entonces 800 socios del pósito, ahora algo menos, "muchas familias de O Grove" que vieron con "asombro" como se generaba este agujero económico en la entidad. El letrado se congratuló de que al menos una de las entidades bancarias que estaban citadas en este proceso como responsables civiles subsidiarias (Caixabank) hubiera reconocido su "actitud negligente" en este caso al permitir a este empleado de la cofradía retirar dinero sin la doble firma que era necesaria (la del patrón mayor) para realizar estas operaciones bancarias. Según el letrado, la entidad alcanzó un acuerdo con el pósito para indemnizarlos ya con 210.000 euros. Hay una segunda entidad bancaria que está acusada como responsable civil subsidiaria, el Banco de Santander, pero su letrado negó ayer negligencia alguna.

Sin control de sus impulsos

Por parte de la defensa del acusado ya se deslizó en esta intervención previa la posibilidad de que se esté pretendiendo situar sobre su cliente toda la responsabilidad de un enorme agujero económico detectado en la Cofradía que puede tener otros responsables, además de insistir en que su cliente solo reconoce que se apropió de las cantidades retiradas por él mismo del banco y no de otras. Una cifra que rondaría los 200.000 euros pero que está por calcular. Reiteró que el trastorno de ludopatía diagnosticado "afectó al control de los impulsos" del acusado y señaló que no "hubo abuso de confianza" como dicen las acusaciones.

Por último, resaltó que fue el propio acusado quien se "autodenunció" antes de que se hubiera abierto una investigación judicial por lo que considera que existe en atenuante de confesión, además del de dilaciones indebidas, dado que el caso llega a juicio casi una década después de producirse los hechos.

El juicio continuará hoy con el interrogatorio del acusado y de otros testigos.