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Marc Taeger: "Los niños saben menos que los adultos, pero entienden más"

El dibujante ilustra una versión de Caperucita adaptada al sistema de pictogramas, un cuento pensado para personas con autismo

Marc Taeger con la también ilustradora Alicia Suárez. // E. Kalandraka

La editorial pontevedresa Kalandraka presenta "A verdadeira historia de Carapuchiña vermella", una versión basada en textos de la tradición oral francesa y con dibujos de Marc Taeger que se incorpora, por primera vez en gallego, a la colección Makakiños Día a Día. Ésta fue impulsada por la Asociación Bata e incluye otros relatos adaptados al sistema de pictogramas, a fin de que puedan leerlos personas con trastornos del espectro autista, caso del cuento "Nicolás cocina sen lume", ilustrado por Alicia Suárez.

- ¿Cómo surgió este proyecto?

-Bata estaba trabajando con los pictogramas para la comunicación de niños autistas; estaban adaptando a su manera con pictogramas y como tenían contacto con Kalandraka surgió la oportunidad de hacer esta colaboración, de añadirle los pictogramas a los cuentos a fin de que ellos puedan hacer una lectura autónoma de la historia.

- ¿Es fácil trasladarles un contenido mediante pictogramas?

-Estos niños están muy acostumbrados a manejarse con pictogramas, de hecho algunos casos son tan extremos que sin los pictogramas no pueden pasar el día y lo tienen todo muy marcado por sus costumbres, por las rutinas que hacen. Nosotros podemos no llegar a entender el significado de toda una serie de pictogramas, pero a ellos la lectura les resulta muy fácil, y Kalandraka me propuso eso, adaptar Caperucita a este sistema. Me pareció algo muy interesante porque los niños tienen una capacidad de leer imágenes casi mejor que nosotros, tienen un espectro como más amplio de saber las cosas.

- ¿Los niños saben poco pero entienden mucho?

-Justo, es así, nosotros cuanto más sabemos parece que menos entendemos las cosas, porque necesitamos tener todo explicado, los niños saben menos que los adultos, pero entienden más, claro. Lo veo en el libro de Caperucita, donde salen muchas Caperucitas diferentes, pues para el niño no es ningún problema, entiende que es Caperucita aunque tenga la nariz más grande, que sea gorda, que tenga el pelo más largo, que no tenga pelo, para ellos siempre es esa niña, algo que no entiende un adulto. Pensamos que eso podría generar confusión en niños autistas, pero para nada, lo que pensábamos que podría ser un problema para ellos no lo era.

- ¿Cómo fue el proceso de preparación de estas obras?

-Por un lado tengo amigos ilustradores que tienen hijos que tienen diferentes discapacidades, por llamarlas de alguna manera, o autismo o síndrome de Down, así que ya era un tema cercano y que me interesaba mucho, tengo mucha afinidad. Y además fuimos de visita al centro de Bata, pudimos conocer el día a día de los niños y vimos que cada cosa está explicada con un pictograma, la nevera con el suyo, la silla con el suyo, la puerta, el baño, la cocina, todo tiene un pictograma que el niño entiende y relaciona, dentro de su agenda del día, que es levantarse, vestirse, limpiarse los dientes, todo está definido por pictogramas que les facilitan el día. Hablamos con los educadores, repasando el libro e imágenes, y viendo si podía haber algún problema.

- Kalandraka tuvo que modificar algunas obras que no resultaban comprensibles para personas con necesidades de apoyo educativo.

-Si, de ahí la revisión con los profesores, Kalandraka se encontró con algún libro que hubo que modificar las ilustraciones, adaptarlas, trabajando de otro modo las imágenes. En este libro no hubo ni un problema.

- Lo cual es curioso, porque alguna imagen es muy abstracta...

-Hay imágenes muy abstactas, sí, como una niña a la que los brazos le salen de la cabeza, pero igual es tan cercana a las imágenes que crean los niños que no les da problemas. No podemos pensar como ellos, es un mundo tan propio, cada caso es diferente, y es muy difícil pensar como ellos. Pensar como un niño es otra cosa, yo trabajo mucho con niños, sé como son y las fases por las que pasan cuando crecen. Al principio son muy, muy abstractos, si le pides a un niño de 3 años que dibuje una casa hace un círculo con unos puntos dentro, para él eso es la casa que engloba a la familia, que son los puntitos, no dibuja el objeto en sí. Igual que cuando dibuja un personaje que tiene una cabeza y dos piernas y es lo que él ve, que tiene una cabeza y unas piernas caminando, no necesita un abdomen, eso llega más tarde, al principio son muy abstractos y cada vez van siendo más concretos.

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