La VG 4.1, la vía rápida entre Portonovo y A Lanzada, confirma su condición de "punto negro" del tráfico este verano, tanto por su índice de siniestralidad como por las notables retenciones que registra cada fin de semana. En la tarde de ayer confluyeron ambas circunstancias ya que poco antes de las 19.00 horas se produjo un accidente múltiple, con cuatro vehículos implicados, siniestro que causó inmediato largas retenciones en este vial de dos carriles ya que los vehículos ocupan parte de la calzada.

Según fuentes oficiales del Concello de Sanxenxo, ocho personas habrían resultado heridas, aunque el 112 solo tenía constancia de que uno de ellos tuviera que ser evacuado en ambulancia, según los datos aportados por la Guardia Civil a este servicio de emergencia. El accidente ocurrió en las inmediaciones del enlace de Adina, muy cerca del lugar donde hace unos días, el pasado miércoles, se registraba otra colisión con siete heridos, tres de ellos menores.

Hasta el lugar del siniestro de ayer acudieron diversos servicios, entre ellos Emerxencias Sanxenxo, para atender a los lesionados y tratar de despejar el vial, que en jornadas como la de ayer un domingo del verano, es utilizado por miles de conductores para acudir y regresar de las playas. Por ello, cada fin de semana es escenario de largas colas de vehículos, atascos que se agravan con accidentes como el ahora ocurrido.

Ya en días pasados se producían dos siniestros más en este mismo tramo, lo que ha reabierto el debate sobre la necesidad de desdoblar estos escasos seis kilómetros entre Sanxenxo y A Lanzada.

La Xunta maneja un proyecto para ampliar el número de carriles desde 2012, pero choca desde entonces con las "condiciones medioambientales" de la zona, que impiden obtener los permisos oportunos para ese desdoblamiento. La demanda es especialmente intensa desde O Grove, ya que esta vía es su principal conexión terrestre. Su alcalde propone que, al menos, se amplíe con un tercer carril reversible.