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La Xunta convoca a los afectados de Campaño para tratar de pactar la futura variante de Alba

La reunión, que llega tras la manifestación del martes, será el día 31 en la sede autonómica

Participantes en la manifestación del pasado martes en Campañó. // Rafa Vázquez

La movilización en la calle de los vecinos de Campañó afectados por el proyecto de la variante de Alba comienza a dar sus frutos. La Consellería de Infraestruturas, que promueve la construcción de este vial para enlazar la N-531 con la N-550, ha convocado a los opositores a una reunión con el objeto de explicar el trazado y, de ser posible, pactar posibles cambios y mejoras en el proyecto.

La reunión será el próximo miércoles, día 31, en la sede autonómica de Campolongo, según confirmaron ayer tanto la consellería como los propios vecinos. Fuentes oficiales de Infraestruturas recordaron ayer que esta actuación, que acumula una década de trámites y estudios, fue objeto de hasta una decena de trazados posibles y finalmente se optó por el que parte del cruce con la PO-310 en la carretera de Vilagarcía y desemboca en A Cendona, en la N-550 en Lérez, ya que "es la única que se adapta a los condicionantes del Ministerio de Fomento", que planteó numerosas objeciones a la conexión de la variante con su carretera nacional. Las mismas fuentes señalan que "el propio Concello, aún diciendo que este trazado final no era el idóneo, sí admitía que es el único posible".

La Xunta explica que en su día se expuso el plan a los vecinos de Alba, mientras que en mayo hubo otro encuentro, esta vez con colectivos de Campañó, si bien la asociación Santa Paio, que protagoniza el rechazo actual, asegura que nunca fueron convocados.

Exposición pública

"Se acordó sacar el proyecto a exposición pública (hasta principios de agosto) y trabajar entonces con los afectados para tratar en lo posible de mejorar el diseño", insiste la consellería, que asegura que sí está previsto actuar en el entorno del colegio de Parada para mejorar la seguridad vial, ya que la variante comenzará muy cerca del centro. "Fue una de las preocupaciones que nos trasladaron los vecinos", explica la Xunta.

La futura carretera arrancará en la intersección de la carretera de Vilagarcía, con la PO-310, que une Poio y Campañó, con una conexión a nivel mediante una glorieta, y discurrirá a lo largo de casi un kilómetro hasta la conexión final con la N-550, que se resolverá también mediante una glorieta a nivel. Deberá salvar la AP-9, la línea de ferrocarril y el río Granda con un viaducto de unos 300 metros de longitud.

Este es uno de los puntos críticos del rechazo vecinal ya que los afectados consideran que supone "una nueva barrera" que divide los núcleos de población de esta parroquia y que levanta "scalextrics" en los caminos vecinales, como el proyectado en el lugar de Cachapal, de más de 10 metros de altura.

La portavoz de los manifestantes y presidenta de la asociación de vecinos Santo Paio, Lucía Montoto, explicó que el trazado previsto levanta una barrera en la parroquia, separa a vecinos y representa "una aberración urbanística y medioambiental" en cuanto que levanta taludes.

Los representantes vecinales presentarán una alegación a la futura infraestructura prevista por la Xunta, a la que le suman una recogida de firmas. La del martes fue la primera manifestación de las cinco convocadas por el colectivo.

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