Las empresas reclaman más dinero del que el Concello está dispuesto a pagar por la factura de la luz. Por ello, el contrato de más de 1,5 millones de euros licitado por el gobierno local para el suministro eléctrico ha quedado desierto y habrá que negociar otro proceso para abastecer el alumbrado público.

El Concello contaba desde 2017 con un contrato de suministro de energía eléctrica con la empresa Iberdrola que se podría haber prorrogado por este año, pero la incesante subida del precio de la luz ha llevado a esta y a otras compañías a renunciar a las posibles ampliaciones de este tipo de contratos, ya que la facturación debe ajustarse a lo que ofrecían en su día y no a lo que cobran en la actualidad.

Al quedar anulado aquel contrato y quedar desierto el actual concurso, el Concello deberá reajustar los precios. Este concurso corresponde aproximadamente al 70% de todos los consumos municipales ya que la gran variedad de modalidades provoca que sean varios los contratos con las empresas. El alumbrado público es el que supone mayor gasto de todo este servicio, con más de 20.000 puntos de luz en todo el municipio. También se incluía en este contrato el suministro de las escuelas infantiles y colegios públicos y de todas las dependencias municipales, entre ellas el Pazo da Cultura, el principal "consumidor" por detrás de las farolas.

Este proceso afecta a los puntos de potencia inferior a diez kilowatios/hora, que supone 210 puntos de suministro, desde terminales de iluminación en las calles hasta inmuebles municipales.